En nombre de qué

Nona Inés Vilariño MI BITÁCORA

FERROL CIUDAD

07 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La propuesta de exhumar los restos de familiares de Franco de su tumba del cementerio municipal de Catabois, aprobada en el Pleno Municipal, me entristece. Porque me resisto a entender el absurdo. Y absurdo es -o quizá cobarde- remover la tierra de una tumba, situada en un recinto en el que reposan miles de muertos de toda condición, para buscar restos de abuelos, tíos o primos y expropiar el solar en el que descansan, con el supuesto aval moral de que su familiar era un dictador. Lo que de hecho supone aplicar una sanción por razones de parentesco. O puede que por ser de los malos, naturalmente los del bando vencedor de la más cruel e injusta de las guerras: aquella, sin enemigo exterior, en la que se enfrentan los hijos de la misma tierra (y puede que de la misma madre) que en infinidad de casos ni siquiera pudieron elegir en qué bando alistarse.

Por eso me pregunto en nombre de quién o de qué, la mayoría aritmética de los concejales de Ferrol, aprueban desenterrar restos humanos para liberar una tumba de «okupas», que como tal los tratan al negarles el derecho a descansar en paz por apellidarse Franco… No. No cuela eso de que se hace con el objetivo de prevenir un posible enterramiento en esa tumba, hasta el momento ni pedido ni previsible, de los restos del dictador. Este revisionismo selectivo y sectario, que considera la sangre como causa de repudio, solo sirve para alimentar el odio y la intolerancia. Y, lo que es más grave, intenta reescribir la historia de España con gestos efectistas, para acomodarla a su propósito de derribar el legado de la Transición.