Un tercio de los perros alojados en Mougá son potencialmente peligrosos

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Las incautaciones policiales han incrementado el ingreso de este tipo de canes

05 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los trabajadores del refugio mancomunado de animales de Mougá tienen razones para sentirse especialmente satisfechos este verano. «Aunque el nivel de abandono se mantiene, desde finales del año pasado se han incrementado mucho las adopciones y eso ha hecho posible que la ocupación esté ahora en torno a un 56 %, cuando el verano pasado casi estábamos al límite de nuestra capacidad», explica la veterinaria del centro, Camino Ferrero.

Sin embargo, hay una circunstancia que preocupa a los trabajadores del refugio y es que, a pesar de que el número total de canes alojados tiende a descender, las entradas de perros potencialmente peligrosos se han incrementado ligeramente en los últimos meses. «De los noventa perros que actualmente están en el refugio, unos treinta son PPP», puntualiza la veterinaria. Este incremento puede haberse debido a las incautaciones de este tipo de canes realizadas recientemente en el marco de las campañas de control emprendidas por la Policía Local, aunque Ferrero matiza que la entrada de perros potencialmente peligrosos siempre ha sido bastante elevada en el refugio de Mougá. «Es un problema generalizado que se da en otros muchos refugios de Galicia. En algunos casos estos perros son abandonados, pero otras muchas veces no ocurre eso, sino que el perro se pierde y el dueño no lo recupera porque sabe que no va a cumplir con los requisitos que se exigen para la tenencia de este tipo de animales», comenta la profesional.

Para conseguir la licencia de este tipo de canes, los interesados deben acreditar determinadas capacidades psicológicas y físicas y no pueden ser menores de edad ni tener antecedentes penales.

Aunque no es el caso de Mougá -porque este verano todavía se encuentra bastante lejos de su límite de ocupación-, la llegada de los perros potencialmente peligrosos siempre supone un problema para los albergues de animales, ya que merman considerablemente su capacidad. «Por razóns de seguridade, estes cans deben aloxarse de forma illada, e por tanto ocupan máis espazo que os cans que non son potencialmente perigosos», explica Luis Alcalá, gerente de la Mancomunidade de Concellos da Comarca de Ferrolterra, de la que depende el refugio de Mougá.

Lejos de demonizar estos perros, Alcalá apela a la «responsabilidade legal» de los dueños y aboga por fomentar la adopción de los PPP «por persoas que cumpran os requisitos para posuílos e poidan ofrecerlles unha boa vida, xa que cunha tenza responsable, este animais poden ser excelentes compañeiros».