Los pósitos esperan ver resultados de la siembra de almeja en solo unos meses

M. Aneiros / A.U. FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

José Pardo

Los mariscadores realizaron en dos días los trabajos para recuperar el marisco

25 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer martes se realizó la segunda y última jornada de la iniciativa que busca recuperar la almeja en la ría de Ferrol. Los trabajos de siembra arrancaron el lunes, una jornada en la que se sembraron un millón de unidades de almeja babosa. Tras un estudio de los fondos arenosos realizado por la Estación Biolóxica de A Graña, entidad encargada de la parte científica del proyecto, la zona escogida para el desarrollo del proyecto fue la ensena de Santa Lucía. Las expectativas son altas y se espera que la actuación devuelva la ría de Ferrol a la normalidad

Pese a que existe cierta incertidumbre sobre cuando se podrán ver los primeros resultados de la siembra parece que los efectos serán notables en tan solo unos meses. Según el seguimiento realizado por los científicos de A Graña se prevé que en tres meses las almejas sembradas alcancen el tamaño comercial aunque, según indica Isabel Maroño, patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Ferrol, «los expertos que nos traen la semilla dicen que podremos empezar a ver los resultados en seis meses».

Todo el proceso fue realizado por dos equipos de mariscadores de las Cofradías de Pescadores de Ferrol y Barallobre, con la supervisión de expertos científicos de A Graña. «Al principio fue un poco caótico porque era la primera vez que se hacía y éramos un poco inexpertos», comenta Isabel Maroño, pero asegura que «a base de ir aprendiendo de los errores que cometíamos mientras íbamos sembrando fuimos haciéndolo mejor y de una forma mucho más eficaz y rápida».

Durante la primera jornada un barco dotado de un arado abría camino a la embarcación encargada de realizar el sembrado, removiendo y descompactando el fondo marítimo para facilitar la tarea.

Para asegurar el éxito del operativo, en cada grupo, un buzo supervisaba el trabajo desde el agua cerciorándose de que el marisco se agarraba correctamente al fondo. Ayer, segundo día, el trabajo fue más sencillo dado que el suelo ya estaba preparado y tanto los mariscadores como los buzos ya estaban familiarizados con el procedimiento.