Ignacio Cuartero: «La cualidad esencial de un buen oficial es su capacidad de liderazgo»

Nacido en Ferrol, en una familia ligada a la Armada, el nuevo comandante director de la Escuela Naval, Ignacio Cuartero, tomó posesión de su cargo la semana pasada.

-¿Por qué seguir esta trayectoria profesional y no otra?

-En mi familia hay una larga tradición militar, no solo en la Armada, sino también en el Ejército. Yo nací y crecí en una familia donde el amor a España y el espíritu de servicio era una cosa natural. Además, creo que influyó que mis primeros años de vida los pasé aquí en Pontevedra. Mi padre es oficial de la Armada ya retirado y estuvo destinado como profesor durante mi infancia. La Escuela Naval y la Armada se convirtieron en una ilusión que con los años se transformó en vocación y en mi carrera.

-¿Recuerda su primer día aquí?

-Lo recuerdo todo. Es una fecha que tengo presente como uno de los grandes días de mi vida, desde la entrada por la puerta de Carlos I, el primer desfile, la entrega de uniformes, el corte de pelo... Lo más importante fueron los lazos de amistad y compañerismo que establecimos me han acompañado a lo largo de toda mi carrera. Es sin duda una de mis mejores experiencias de mi vida.

-Ahora que regresa como director, ¿qué supone para usted?

-Es la tercera vez que vengo a Marín. Estuve como niño, como alumno y ahora que vengo como director la primera sensación es de alegría, por volver a una ciudad y una provincia que considero esencial en mi vida. Y después un gran orgullo de que la Armada haya decidido asignarme la responsabilidad de la formación de los futuros oficiales y, por supuesto, un reto profesional.

-¿Qué cambios ha percibido?

-La Escuela Naval es una imagen fiel de lo que es la Armada, que es una institución que se basa en tradición y modernidad. Es una institución muy anclada en sus tradiciones, pero que también incorpora lo mejor de la tecnología y del mundo actual para sus buques y sus unidades. Así es la Escuela Naval. Aparentemente uno no observa diferencias con la de hace 30 años. Una vez se salta esa primera impresión, uno percibe que todo ha cambiado. Podríamos decir que han cambiado todos los medios para que no cambie nada en el producto de la Escuela, que son los nuevos oficiales.

-¿Cuáles son sus prioridades al frente de la Escuela Naval?

-Mi prioridad absoluta son los alumnos. El encargo de la Armada es dirigir la formación de los alumnos para asegurar que se convierten en los oficiales que necesita. De ella se derivan otras prioridades, como continuar la transformación permanente de la Escuela. La Armada está inmersa en un proceso de transformación digital para adecuarse al ritmo de la sociedad y una de mis prioridades es que la Escuela siga este ritmo. Y por supuesto, buscar la excelencia en todos los campos de formación de oficiales: humano, científico y técnico.

-¿Cómo plantea su relación con la sociedad civil?

-La relación es excepcional en todos los sentidos y en ambas direcciones. Se ha producido la apertura de la Escuela y la mejora en el conocimiento mutuo ha llevado a un alto nivel de consideración de la Escuela Naval.

-¿Qué cualidades busca usted en un buen oficial?

-La cualidad esencial es su capacidad de liderazgo. Su función es dirigir a hombres y mujeres y, llegado el caso, llevarlos al combate. Para eso es necesario que tengan una sólida formación en valores y, a su vez, una suficiente preparación técnica y científica que le permita obtener el máximo del conjunto de medios y personas que tendrá a su disposición.

-¿Qué es para usted la mar?

-Lo es todo. Es mi profesión.

-¿Cómo describiría las Rías Baixas para la navegación?

-Después de haber navegado muchos años y por muchas partes del mundo, creo que son la mejor de las aulas para la navegación que uno puede encontrar. No podría imaginar un sitio mejor para que nuestros oficiales aprendiesen la ciencia y el arte de navegar.

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