Un mapamundi en autocaravana en Ferrol

FERROL CIUDAD

Las playas, con Doniños a la cabeza, se llenan de surfistas foráneos, aunque algunos rozan la ilegalidad con los elementos que despliegan

07 jul 2018 . Actualizado a las 09:16 h.

El aparcamiento de la playa de Doniños está empezando a tomar su aspecto habitual de verano. Los coches y las autocaravanas se alternan. Los usuarios de siempre y los que vienen de fuera se mezclan. «Chloe y yo vinimos a hacer surf», comenta en inglés el suizo Malik Mechti. El deporte de la tabla es uno de los atractivos que pone a los arenales de Ferrol en el mapa mundial. «Es un buen lugar, calmado durante el día y silencioso por la noche», continúa Malik, mientras él y su pareja preparan una tortilla española y arroz con coliflor.

Al lado, los vascos Iker Olabarri y Laura Heppe descansan plácidamente junto a su hija, Haizea, una recién de solo seis meses, y su perra, Ura. «Nos gusta Galicia porque hay poca gente en las playas en comparación con Bilbao. Además, el paisaje es espectacular y la temperatura es perfecta para la pequeña», cuentan. Y, dejan claro, «se come muy bien». Citan las zamburiñas, las navajas, el pulpo y los chipis.

Aunque parece que no hay nadie, en el interior de otra autocaravana aparece tecleando en su ordenador, acompañada de un café, la alemana Sina Schubert. Y no hay duda: es surfista. Mientras su novio realiza el Camino de Santiago desde Oporto, ha aprovechado para conocer las playas de la zona. Lleva una semana y, después de estar en A Frouxeira, llegó a Doniños. «Es un sitio muy bonito, tranquilo, con buena gente y con un paisaje precioso. Y no está lleno, que es algo muy importante», subraya. ¿Y las olas? «También son buenas». 

«Está todo muy limpio»

Siguiendo por la costa ferrolana, una autocaravana descansa sola al borde de la playa de Santa Comba. Al lado, Frank, otro alemán, se relaja jugando con su perra Erika en un lugar «fantástico». «Es súper, está todo muy limpio y no hay barullo», resalta. Es la primera vez que está por aquí y también pasó por Campelo y Pantín. Duerme, como todos, en su vehículo, surfea, y esta vez viaja solo, algo que considera «intenso» siempre que esté, apunta, acompañado por su mascota.

En el arenal cercano de O Medote, también hay solo una autocaravana, la de los alemanes -también- Heike y Peter Bork. Mientras Peter descansa en el interior, Heike, fotógrafa de profesión, lee en una hamaca y observa la playa. Es, ni más ni menos, la decimotercera vez que están en Ferrol, donde también pasea por Ponzos, Esmelle, San Xurxo y Doniños. Practican surf, windsurf y están iniciándose en paddle surf. «Nos gusta venir porque es muy silencioso, es el lugar idóneo para relajarse», valora Heike, en la línea de las positivas opiniones de los otros visitantes foráneos. 

¿Qué está permitido?

Algunas de las usuarios de los aparcamientos, eso sí, rozan la ilegalidad. La normativa que rige actualmente es que pueden aparcar sin límite de días, como lo podría hacer cualquier coche, siempre y cuando no desplieguen elementos fuera del contenido de la propia autocaravana (toldos, sacar mesas y sillas o tender ropa).