Una ciudad grande para los pequeños

Ana de Antonio

FERROL CIUDAD

10 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ferrol es una ciudad cómoda para criar hijos. Con niños pequeños de la mano, uno sale de casa más tranquilo si sabe que puede pasear por un centro con calles peatonales y con espacios abiertos cada pocas manzanas a los que recurrir cuando toca revolotear. Un paseo desde el parque Reina Sofía hasta Plaza de España, pasando por Amboage, Plaza de Armas y el Cantón, con servicios y comercios a cada lado de la acera, ofrece a las familias un desahogo que pocos centros brindan y que convierte a Ferrol en una buena ciudad para formar una familia. Porque cuando tienes hijos valoras esas cosas, pequeñas cosas que en otras localidades ya se dieron por imposibles, como lo es conjugar una crianza al aire libre, sencilla, serena y segura a base de tardes de patines, balones y pilla pillas con servicios como la Escuela de Idiomas, una biblioteca comprometida por mantener entretenidos y entre libros a los pequeños, una generosa oferta deportiva sostenida por profesionales que inculcan la vida activa o un Conservatorio.

Uno también duerme más tranquilo cuando sabe que en caso de que se tuerzan las cosas tiene cerca un buen servicio de Pediatría y que puede pasar el día con sus hijos en el campo o en la playa -y no cualquier campo ni cualquier playa- a cambio de muy poco, de emplear poco tiempo en el trayecto y de gastar solo el dinero que uno quiera. Dos detalles nada despreciables y que tanto se echan de menos en una gran ciudad: campo, mar y aire puro al alcance de la mano. Verles crecer en paraísos como Doniños, San Felipe, San Jorge o Santa Comba compensa la fatiga que entra cuando la lluvia no da tregua.

Uno se siente afortunado como padre cuando puede sacar adelante a sus hijos en un entorno de distancias cortas que permite dedicarles tiempo y poder parar y mirarles a los ojos, un gesto convertido en lujo en otros ritmos de vida. Y uno siente menos vértigo al traer niños al mundo si vive en una ciudad barata, con alquileres asequibles y económicos carros de la compra que, por cierto, llenas con tomates que saben a tomates y lechugas que saben a lechugas. Por ello, cuando uno conoce Ferrol, y lo que tiene de bueno para nuestros hijos, cuesta olvidarse de ella y de sus gentes.

Pero le vendría bien un empujón, como mejorar los columpios del Reina Sofía, ampliar la zona de juegos del Cantón de Molins, ensombrecer el parque de Plaza de España o facilitar el tránsito de carritos y artefactos rodados de los niños por el deteriorado adoquinado del casco urbano de A Magdalena. La materia la tenemos, pero hay que cuidarla.