Reyerta en Caranza: «Todos vimos todo, pero nadie te va a contar nada, porque tenemos miedo»

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Los vecinos de Caranza están atemorizados por la conflictividad que está habiendo en el barrio, en el que ayer se registró un grave altercado con armas blancas y disparos

05 jun 2018 . Actualizado a las 11:30 h.

Una monumental reyerta movilizó ayer a la práctica totalidad de los efectivos policiales de Ferrol. Ocurrió sobre las diez de la mañana delante de la torre 2 de la avenida de Castelao, al lado de la parada de taxis, y los contendientes, la mayoría de etnia gitana, iban provistos de hoces y machetes, e incluso de una pistola, con la que, según algunos testigos, se realizaron entre cuatro y seis disparos. No hubo heridos ni detenidos, si bien la Policía Nacional sacó del lugar en uno de los coches patrulla a un hombre payo, pare preservar su integridad.

Trabajadores de distintas empresas de servicios que presenciaron los hechos señalaron que el amplio despliegue de las fuerzas de seguridad -acudieron cuatro vehículos de la Policía Local y seis o siete de la Nacional- logró poner fin al altercado, llevándose a uno de ellos. Los agentes, que se protegían con escudos, también recogieron al menos un machete, que metieron en un coche envuelto en una prenda de ropa.

En un principio, los vecinos rehusaron hablar del asunto. «Todos vimos todo, pero nadie te va a contar nada, porque tenemos miedo», comentó uno de ellos, añadiendo que podría decir muchas cosas, «pero tengo miedo de que vayan a por mi familia o me quemen el coche». Con él estaba un grupo de personas que, poco a poco, comenzaron a soltarse, aportando datos de lo que parece un grave problema de convivencia. «Desde hace unos años, a los 52 vecinos de esta torre no nos dejan vivir, por culpa de una sola familia», dijo uno de los vecinos. Otra mujer relató que hace dos meses ya se produjo otro altercado similar. «Ese día también vino mucha policía y traían fusiles, pero lo peor está por llegar», vaticinaba esta vecina, mientras que sus acompañantes asentían con la cabeza y alguno llegó a apuntar que se trataba de un ajuste de cuentas, «porque este hombre se está enfrentando al campamento de Los Puntas». Se refería al hombre payo y, aunque los vecinos negaron conocer el origen real del conflicto, otras fuentes consultadas al respecto lo sitúan en un problema de líos amorosos. Se trata de una persona que tiempo atrás frecuentaba los juzgados, sobre todo por delitos de tráfico, que convive con una chica de etnia gitana, con la que tiene varios hijos, pero que también mantuvo relaciones con otras familiares.

Ayer, cuando ya todo parecía calmado, seis vehículos policiales tuvieron que acudir de nuevo al barrio de Caranza sobre las doce del mediodía, para tratar de apaciguar los ánimos de los miembros de la familia que había intervenido en el episodio ocurrido dos horas antes.