Una liga de transición en la que Mouriz asumió un equipo que no había diseñado

J.V. FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

28 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La llegada del Grupo Élite se produce con la liga ya empezada, en noviembre. Empieza entonces una transición en las distintas áreas de gestión del club. El primer paso de la nueva etapa lo marca la contratación de Carlos Mouriz como director deportivo. El exmandatario del Lugo trabaja con una plantilla que habían confeccionado otros. Por eso, Jorge Silveira entiende que no se puede repsonsabilizar a Mouriz del descenso a Tercera.

«Cuando se inició esta temporada, Chino y Tena fueron los que se encargaron de planificar la temporada, con la colaboración de Pepe Criado. Entre los tres hicieron el nuevo equipo», recuerda el mayor de los hermanos Silveira. Con la llegada de Mouriz, fue el nuevo director deportivo el que empezó a tomar las decisiones, como la destitución de Tena, la contratación de Ricardo López y el fichaje de cinco futbolistas en el mercado de enero.

«El sueldo de Carlos Mouriz lo paga Élite, así como el de los nuevos refuerzos. Desde el mes de diciembre, nosotros perdimos el control deportivo, lo llevan Mouriz y Élite. Lo único que mantuvimos fue el tema económico», asegura Jorge Silveira.

De todos modos, entiende que la responsabilidad deportiva de esta temporada no corresponde totalmente a Mouriz, al haber podido hacer apenas retoques en una plantilla ya confeccionada antes. Atribuye a la falta de acierto en las contrataciones del verano la mala trayectoria del equipo y finalmente el descenso de categoría, y en menor medida a las decisiones más recientes. «Nosotros hicimos un equipo para ascender, aunque no salió. Sin embargo, se gastó tanto dinero como en la pasada temporada. La mala suerte fue que en diciembre tampoco funcionó el nuevo entrenador, ni los refuerzos. Al menos para evitar el descenso», explica Jorge Silveira.

La gestión del área económica se mantuvo en manos de la familia Silveira durante esta temporada de transición. Y explica que adelantaron al club una cantidad de dinero debido a los retrasos en los cobros. «El Concello nos debe la ayuda económica del 2016 y del 2017, que son 180.000 euros. Por lo tanto, los hijos tuvimos que adelantar una cantidad similar para que el Racing pudiera seguir funcionando», indica Jorge Silveira.

Entiende que podrán recuperar el dinero cuando el Racing ingrese a su vez diferentes partidas que tiene garantizadas, sobre todo por parte del gobierno local. Cree que el club habrá recibido esas cantidades antes del 30 de junio y que habrá liquidado también la deuda con su familia.