Los asiduos al olvidado paseo de A Malata: «Nos gusta tanto que venimos a pesar de cómo está»

Bea Abelairas
B. abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

Abandono en el firme, la maleza y el mobiliario de una de las sendas más concurridas de la ciudad

24 may 2018 . Actualizado a las 11:52 h.

El sol saca las ganas de caminar a buen ritmo y para ello el espacio favorito en Ferrol es la senda que une el puerto con A Graña. El problema radica en que los vecinos que la estrenaron estos días se encontraron con un camino casi en ruinas. «A la gente nos gusta tanto este paseo que venimos a pesar de cómo está, pero es un desastre, el sendero de tierra tiene tantos baches que hay que ir sobre la hierba en paralelo, cuando cae la noche apenas se ve y vas entre maleza alta o bancos destrozados», enumera Teresa Grandal, una vecina de A Graña, que recorre a diario este paseo.

Teresa también hace autocrítica y reconoce que los usuarios deberían cuidarlo más, por no mencionar a los vándalos que cada poco tiempo se ceban con los carteles. «No queda ninguno en el que se pueda leer algo», apunta otro ferrolano que suele acudir a la zona para pasear a sus dos perros. Este hombre asegura que hace meses se rompió parte de la barandilla de hormigón que separa la acera de la ría y nadie pasa a repararla, al igual que sucede con muchos baches.

A María López le da pena tanto abandono y asegura que esta falta de mantenimiento está expulsando a una parte de la población del disfrute de esta zona.

Vetada a mayores

«Yo vengo con mis amigas y vamos paseando hasta el CIS porque no nos importa que el sendero tenga piedras o que esté resbaladizo en otras zonas, pero ya no me atrevo a venir con mi madre y eso que no es una anciana», precisa esta vecina de la calle Concepción Arenal que siempre que puede se escapa desde el vial que baja desde Canido. Teresa Grandal critica que los pocos trabajos de jardinería que se llevan a cabo se hacen en zonas no tan prioritarias como los bordes del camino o miradores en los que los bancos están literalmente sepultados por la hierba. «Los bancos hace tanto tiempo que están rotos que ya ni nos acordamos de cómo eran -se queja-. Es una verdadera pena que la zona más bonita para salir a tomar el aire, para ver la ría se encuentre así de abandonada por el Concello».