Australia prolonga la intriga para Navantia

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

El gobierno de las Antípodas aplaza para próximas reuniones la adjudicación de las nueve fragatas

23 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Había mucha expectación por la resolución del mayor contrato al que han aspirado hasta ahora los astilleros públicos españoles, pero finalmente la decisión no se tomó. El Comité de Seguridad Nacional del Consejo de Ministros de Australia abordó en la tarde de ayer la adjudicación del programa Sea 5000 para la construcción de nueve fragatas, al que aspiran Navantia, la italiana Fincantieri y la británica BAE Systems, pero la resolución quedó pospuesta para próximas reuniones. 

¿Cuándo se producirá la adjudicación del contrato?

Distintas fuentes oficiales de Australia habían asegurado que las previsiones que manejaba el Gobierno apuntaban a que estaría concedido antes de que finalizase el primer semestre del año. La semana pasada se dio a conocer que ayer se reuniría el Comité de Seguridad Nacional del Consejo de Ministros de Australia con este fin, pero el contrato es de tal envergadura que las conversaciones no avanzaron de forma tal que les permitiese alcanzar una decisión en un único encuentro. Queda aplazada así para posteriores encuentros. De todos modos, no ha trascendido la fecha de la próxima reunión en la que se tratará la licitación. 

¿Cuál es la trascendencia que tiene el pedido para la empresa española?

Está presupuestado en 25.000 millones de euros, el de mayor importe al que ha aspirado actualmente la empresa que preside Esteban García Vilasánchez. Además, de hacerse con el pedido, Navantia Australia -filial de la firma española- se aseguraría dos décadas de trabajos en el país. Además, la empresa participa en otros programas de fragatas, en Estados Unidos y Canadá, y la obtención de este encargo podría suponer un espaldarazo a su modelo propuesto, como en las dos décadas anteriores ya lo hizo en Noruega y en Australia. 

¿Y para Ferrol?

Debido a que Navantia gestionó el programa de construcción de los destructores del tipo AWD en la factoría de ASC en Adelaide, que están basados en las F-100 españolas, un nutrido grupo de los trabajadores que la empresa desplazó al país proceden del astillero ferrolano, en donde se fabricaron las mencionadas fragatas. Además del prestigio que lograrían -junto con el resto del equipo formado por personal de otros centros de Navantia y también por trabajadores australianos-, apuntalarían la actividad de la empresa en el país, al que se llegó en el 2006 y en el que ha ido cosechando distintos éxitos. Si bien a diferencia de anteriores programas, la fabricación será íntegra en el país, el encargo proporcionará solvencia económica a Navantia en un momento en el que la empresa está negociando con los sindicatos su programa estratégico para el período 2018-2022 y que precisa de un saneamiento económico.

¿Tiene la ciudad otros lazos industriales con las antípodas?

En estos momentos se está ejecutando en Ferrol la construcción de dos buques de aprovisionamiento en combate para la Armada de Australia, después d que hace dos años Navantia se impusiese en el concurso abierto para su adquisición al astillero coreano Daewoo. El primero de los barcos tiene que estar listo el próximo año mientras que el segundo, en el 2020. 

¿Cuáles son las fortalezas de la propuesta de Navantia?

A diferencia de lo que sucede en España, en Australia, la adjudicación de este contrato suscita un gran interés en el ámbito público, por lo que en las últimas semanas se han multiplicado los artículos en los medios de comunicación en los que se diseccionan las características de las distintas propuestas. Navantia cuenta con un bagaje industrial de más de una década en el país, ha fabricado dos megabuques y gestionado la construcción de tres destructores, y en estos momentos ejecuta dos navíos logísticos en el astillero ferrolano. La interoperatividad de equipos y sistemas con las nuevas fragatas estaría garantizada y las dotaciones de todos los barcos familiarizadas con ellos, lo que facilita la maniobrabilidad. Además, en el país se insiste en que la propuesta de Navantia es la que menor riesgo económico presenta, al estar basada en un modelo, el de las F-100, que ya está probado, no solo en la Armada española, sino también en otras marinas, para las que se han realizado adaptaciones diversas atendiendo a los requisitos requeridos. Aunque compite con Fincantieri y BAE Systems, en círculos próximos a esta operación se apunta a que la puja está muy igualada entre la firma española y la británica. 

¿Hubo otros acontecimientos de interés ayer para la firma?

Sí, arrancó en Madrid la negociación del convenio único de la compañía, en la que Navantia entregó un documento a sus sindicatos en el que se plantea una vigencia hasta el 2021, incluido, y propone, entre otros, la creación de un plan de empleo, en el que se definan los contratos a utilizar según necesidades.