El negocio de las olas coge impulso

FERROL CIUDAD

Lucia Pita comanda junto a su hermano Carlos la tienda de surf Drop In, inaugurada el pasado mes de noviembre en Catabois
Lucia Pita comanda junto a su hermano Carlos la tienda de surf Drop In, inaugurada el pasado mes de noviembre en Catabois CESAR TOIMIL

Con una costa privilegiada para deslizarse sobre las ondas, la comarca empieza a sacar provecho del surf, pero todavía faltan muchos servicios y apoyo institucional

21 may 2018 . Actualizado a las 11:28 h.

Con un buen puñado de playas fabulosas, en las que es posible encontrar buenas olas casi a lo largo de todo el año gracias a sus diferentes orientaciones, la costa de la comarca -pero, sobre todo, la de Valdoviño y Ferrol- se ha convertido en «el mejor destino de surf de España». Al menos así opina Jacobo Suárez, responsable de la consultoría de turismo deportivo Good life, para quien en la península no existe otro lugar mejor en lo que se refiere a condiciones naturales para la práctica del surf, aunque todo ese potencial no se haya traducido aún en el desarrollo de un sector económico y turístico fuerte, como sí han sabido hacer en lugares como Mundaka (País Vasco), Somo (Cantabria) o Peniche (Portugal).

Ferrolterra todavía no se ha dado cuenta del filón de oro que puede ser el surf, pero, poco a poco, y gracias a la iniciativa de pequeños emprendores, el sector ligado a esta práctica cuenta ya con casi treinta proyectos empresariales en la zona -entre escuelas, tiendas, talleres de fabricación de tablas y alojamientos-, de los que cerca de una decena surgieron en los últimos meses.

El creciente poder de atracción del Pantín Classic y la reciente apertura del Museo del Surf en Valdoviño suponen dos importantes apoyos para que el sector siga creciendo, pero no son suficientes. ¿Qué hace falta entonces? Los emprendedores lo tienen claro: más servicios e infraestructuras en las playas (con duchas y vestuarios que funcionen todo el año) y, sobre todo, que las administraciones comiencen a ver el surf como un «producto estratégico» que hay que apoyar.

Un sector que crece con tiendas, escuelas y un complejo de ocio

La primera tienda de surf gallega abrió sus puertas en Ferrol en el año 1986. Se llamaba Aquasurf y fue la pionera de un tipo de negocio que en el último año ha ganado relevancia con la puesta en marcha de dos nuevos establecimientos en la urbe naval: Drop in, en la carretera de Catabois, y Crest Surfboards, en Ultramar.

La primera de ellas, inaugurada en noviembre y comandada por los hermanos Lucía y Carlos Pita, se ha especializado en la venta de todo tipo de accesorios y material duro para la práctica de surf, bodyboard y skate (grips, parafinas, inventos, cinchas,escarpines, cremas solares, etcétera), además de ropa de marca propia y de firmas como O’Neill, Vissla, Orixen o Miami Mango.«De momento estamos súper contentos, porque la acogida ha sido muy buena y cada vez tenemos más clientes», cuenta Lucía, al tiempo que recalca que la tienda también desarrolla una importante labor apoyando a deportistas de la zona.

El «shaper» Vito Fernández y su mujer, Silvia Rey Caínzos, abrieron Crest Surfboards en Ultramar en junio del 2017
El «shaper» Vito Fernández y su mujer, Silvia Rey Caínzos, abrieron Crest Surfboards en Ultramar en junio del 2017 CESAR TOIMIL

A pesar de que renoce que «todos los comienzos son difíciles», también optimista se muestra Silvia Rey-Caínzos, quien hace once meses abrió Crest Surfboard junto a su marido, el «shaper» Vito Fernández González. Aunque en el establecimiento se puede comprar ropa y complementos, su fuerte son las tablas de surf que Vito fabrica de forma totalmente artesanal en su taller de Freixeiro. «El tema de la crisis sigue ahí, la gente aún tiene miedo a gastar, pero a nosotros nos salva que el surf es un deporte que cada vez cuenta con más aficionados. Hace veinte años todo el mundo apuntaba a los niños a fútbol o ballet, pero ahora cada vez hay más chavales que practican surf, incluso en invierno», apunta Silvia.

Pero si el sector de las tiendas comienza a despuntar, el formativo tampoco se ha quedado atrás. Así lo ponen de manifiesto escuelas abiertas recientemente, como Friends & Family Surf School Ferrol, que tras operar sin ubicación física comenzará a funcionar en junio en el cámping de As Cabazas de Covas el próximo mes junio, o Santiago de Pantín Surf School, en Valdoviño.

Jesus Tornero es el resposanble de Friends & Family Surf School Ferrol, una escuela que en junio comenzará a funcionar en el cámping de As Cabazas
Jesus Tornero es el resposanble de Friends & Family Surf School Ferrol, una escuela que en junio comenzará a funcionar en el cámping de As Cabazas JOSE PARDO

Además, Alberto Freire acaba de poner en marcha Beach Club Surf & Coffee, un centro que por el momento funciona como escuela sin ubicación física, pero que aspira a convertirse en un complejo de ocio ligado al surf mucho más ambicioso. Para ello, este instructor y surfista ferrolano ha alquilado por veinte años la nave del antiguo Universo Chino de Valdoviño, donde Beach Club Surf & Coffee tendrá gimnasio, vestuarios, cafetería, tienda de ropa y material y un espacio para eventos culturales.

Alojamientos para un turismo que busca el contacto con la naturaleza

El auge del surf en la comarca ha propiciado la apertura de nuevas tiendas y escuelas, pero también la puesta en marcha de alojamientos especialmente diseñados para un tipo de turista que quiere buenas olas y estar en contacto con la naturaleza. De ello dan buena las cinco «surf houses» que ya funcionan en esta zona: The Camp, Nordés Surf House y Ferrol Surf &Yoga House, en la urbe naval; Surf & Breakfast, en Valdoviño; y la Surf House Cedeira. Además, a esta oferta se incorporó recientemente en A Frouxeira Mamut House, un albergue turístico situado a apenas trescientos metros de la playa y que, sin cerrar sus puertas a nadie, tiene en la tribu de la tabla y el neopreno a su principal cliente potencial. «Alrededor del 70% de los turistas a los que alojamos con surfistas», apunta Javier Fidalgo, que comanda el negocio junto al austríaco Peter Peherstorpher. 

Nuevo hotel en Lago

Además, también en Valdoviño está previsto que abra sus puertas en agosto A Torre do Lago, un pequeño hotel que se ubicará en el antiguo Bar A Torre. La responsable del proyecto, Susana Veiga Castro, avanza que contará con siete habitaciones y ofrecerá el servicio de alquiler de tablas de surf y bicicletas. «Además, tenemos previsto firmar un convenio de colaboración con la escuela del Pantín Surf Camp para ofrecer paquetes turísticos conjuntos de clases y alojamiento», anuncia ilusionada esta emprendedora. Veiga cuenta que la idea para poner en marcha el negocio se le vino a la cabeza tras un viaje a la localidad cántabra de Somo. «Para mí es un ejemplo a seguir, porque allí han sabido convertir el surf en una auténtica fuente de riqueza».