Cien médicos de familia alertan de la saturación de consultas del área

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Aseguran que cada jornada atienden al doble de pacientes de la cifra recomendada

13 dic 2018 . Actualizado a las 14:32 h.

Hace meses que en todos los centros de salud de Ferrol y la comarca no hay respiro. Lo habitual es que cada facultativo atienda a una veintena de enfermos (más las urgencias) cada jornada, pero la dura realidad es que los médicos de familia asumen el doble de consultas para cubrir las ausencias de compañeros -para las que no se envían sustitutos- y para atender a las decenas de nuevas labores derivadas del control a enfermos crónicos o de teleconsultas en las que ellos han de hacer las fotos o informes para enviar al especialista de los hospitales. Esto sucede en una larga lista de áreas, desde nefrología a dermatología pasando por oftalmología o cardiología. Cada turno la previsión de consultas se alarga tanto que ya hay un término para el reparto de trabajo: agendas chicle.

La situación se ha vuelto tan complicada que tras una reunión con la gerencia del área sanitaria más de un centenar de médicos de atención primaria suscriben un documento en el que detallan sus demandas, en especial, de cara al verano, donde en algunos concellos, como Mugardos o Ares, se incrementa la población coincidiendo con más facultativos de vacaciones y el problema se agravará de nuevo. De hecho, el año pasado ya se sufrieron colapsos en los municipios más turísticos.

«Los médicos de familia queremos exponer nuestro descontento -arranca el escrito- y alertar sobre el riesgo que representa para la población el deterioro en la calidad asistencial al que nos vemos abocados; en los últimos años se está produciendo una situación que amenaza con volverse insostenible y que está dejando gravemente enfermo no solo al sistema, sino a los profesionales sanitarios», precisan en un documento en el que solicitan más inversión para «romper el círculo vicioso de sobrecargas que estamos viviendo en el momento actual».

Sobrecarga sistemática

Justifican que una mejora en la asistencia en los ambulatorios permitiría aliviar los colapsos que se viven tan a menudo en las Urgencias del hospital y en los Puntos de Atención Continuada: «Consideramos que es prioritario dar respuesta a una serie de deficiencias que se han ido cronificando a lo largo de los años y cuya solución no pasa por la sobrecarga sistemática de los profesionales». Por eso, piden más recursos e inversión; cambios en la política de contratación para garantizar la estabilidad laboral y por lo tanto la continuidad asistencial. «Es necesario buscar una cobertura del 100 % en las ausencias, ya sean por permisos, vacaciones, bajas laborales u otros motivos», según precisan. Otra de las reclamaciones estriba en la reorganización de los cupos «atendiendo no solo al número de pacientes, sino a cuestiones como la demanda, el envejecimiento o la dispersión poblacional de modo que se garantice la máxima cobertura en las mejores condiciones».

No más «agendas chicle»

Otra de las claves pasa por «suprimir las agendas chicle en las que se obliga al profesional a estirar el tiempo y los recursos hasta límites inasumibles. El grupo de Consenso 2000 recomienda que un profesional que trabaje siete horas no debe superar, en general las 25 visitas diarias con dedicación de cuatro horas diarias a consulta y no menos de diez minutos por paciente», algo que es casi imposible en el área sanitaria.

Una parte de este detallado documento, que ha firmado el 95 % de los médicos de los ambulatorios del área, incide en la importancia de la formación y de programas que mantengan al día a unos profesionales que cada día tienen más competencias. En este sentido solicitan «garantizar la formación adecuada de todos los profesionales antes de la puesta en marcha de dichos programas, incluyendo a los profesionales eventuales de manera que se garantice que durante los períodos vacacionales, coberturas ocasionales o incorporación a nuevos centros, no se produzcan limitaciones ni carencias por la falta de conocimiento de los recursos a utilizar, como la validación de sintrom, entre otros».