Unas obras de la Armada ensucian el agua de Batallones y de dos centros

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL CIUDAD

JACOBO AMENEIRO

La piscina del pabellón tuvo que ser cerrada para someterse a una depuración

24 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos trabajos de renovación de las tuberías en la red de agua de la Armada en la ciudad -que cuenta con una traída propia desde el río Belelle- afectó ayer al pabellón polideportivo de Batallones, así como a los dos centros educativos que pertenecían al Ministerio de Defensa -aunque ya están transferidos a la Xunta-, el instituto Saturnino Montojo y el colegio Isaac Peral.

Las instalaciones deportivas fueron las más afectadas, ya que a primeras horas de la mañana de ayer, cuando se procedía al limpiado y a la renovación del líquido en el vaso, entró agua turbia, lo que obligó a clausurarla. El Club Marina Ferrol, que entrena en esta piscina, explicó a sus usuarios que el percance se había producido debido a unas obras que se desarrollaron en los últimos días en las tuberías de la red de suministro de la Armada.

Fue al abrir la conducción del agua en la piscina cuando se coló el líquido turbio, que rápidamente se extendió por el vaso, tiñendo el agua de un color parduzco. Debido a que habitualmente se realizan las tareas de limpieza y llenado a primeras horas de la mañana, precisamente antes de que se inicie la actividad en estas instalaciones, en el momento del percance no se encontraba ningún usuario en las mismas.

Aunque con menor impacto, también se vieron afectados por las obras en la tubería los dos mencionados centros escolares. Fuentes del instituto Saturnino Montojo explicaron que el pasado domingo el agua ya salía muy sucia en los grifos de la cafetería y aunque ayer inicialmente también estaba oscura, no fue necesario realizar cortes.

No sucedió así en el Isaac Peral, centro que sí se vio obligado a mantener los grifos cerrados durante toda la mañana, según confirmaron desde el colegio. «El agua salía muy turbia», explicaron en el centro, aunque añadieron que por la tarde el agua ya se encontraba en perfecto estado. 

Una tubería exterior

El origen del problema se encontró en una tubería de la red de agua de la Armada, exterior a los astilleros de Navantia. No obstante, fue una empresa subcontratista de la empresa naval pública la que llevó a cabo los trabajos de reparación, durante el pasado fin de semana. Una vez solventado el fallo, se purgó la tubería y en la mañana de ayer se reanudó el servicio, pero el fluido comenzó a salir con óxido y fango, algo común después de haber acometido un corte en el suministro. Eso fue lo que provocó los problemas tanto en el pabellón de Batallones como en los colegios. En el cuartel de Dolores, otra de las instalaciones militares de la zona, no tuvieron constancia de problemas.

Una red que surgió de apoyo a las instalaciones del Arsenal militar 

b.c.

L a red de suministro de agua desde el Belelle forma parte del patrimonio de la Armada desde el año 1911, cuando se articuló como una instalación para dar servicio y apoyo al Arsenal militar. Años después, mediante varios convenios que fueron actualizándose, se estableció que este entramado prestase también servicio a los astilleros públicos ferrolanos, y al Ayuntamiento de Neda. 

A mediados del siglo pasado esos acuerdos determinaron que el 40 % del rendimiento del río Belelle iría destinado íntegramente a las instalaciones militares de la ciudad, así como un 20 % del embalse de As Forcadas, regulación establecida por una ley de 1969.

A principios de los 2000, el Ministerio de Defensa propuso llevar a cabo una revisión de ese convenio. Dos años después se iniciaron las negociaciones entre el Concello ferrolano y los responsables del Arsenal Militar de Ferrol. No obstante, no fue hasta el 2005 cuando se anunció que el gabinete castrense y la administración local ferrolana rubricarían un acuerdo por el que el Ministerio de Defensa cedería la gestión del río Belelle al Concello, una vez que fuese desafectado. Ello garantizaría un suministro de agua desde este acceso durante quince años, pero el acuerdo siguió sin materializarse por completo.

Lo que sí fue despejándose en los últimos años fue el cobro a Navantia por el servicio de agua, que le venían reclamando los últimos gobiernos locales a la empresa pública.