El garbeo nocturno del loro Lucas

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

La Policía Local de Ferrol devolvió a sus dueños un ave exótica que se había «fugado» de casa el miércoles y apareció en la mañana de ayer en la plaza del Callao

19 abr 2018 . Actualizado a las 21:04 h.

La familia con la que convive Lucas desde hace diez años se llevó un disgusto al volver a casa sobre las ocho de la tarde del miércoles y encontrarse con que su loro gris de cola roja no estaba. Había quedado una ventana abierta y el ave aprovechó la oportunidad para darse un garbeo por el centro de Ferrol, pero tampoco se alejó mucho de la vivienda, que está situada en la calle Magdalena, porque ayer por la mañana su propietario lo llamó desde la ventana y lo vio salir de la zona de la cafetería-pastelería Stollen. Pero Lucas no hizo caso de la llamada y voló en dirección a la plaza de España. El dueño quiso seguirlo pero no logró darle alcance y le perdió la pista.

Sobre las diez de la mañana, el loro hizo acto de presencia en la plaza del Callao, en las inmediaciones de la marquesina de los buses, para sorpresa de los que transitaban por allí.

A todo esto, la noticia ya había corrido como la pólvora por las redes sociales e incluso la Policía Local de Ferrol informó de la desaparición de Lucas a través de su Twitter oficial.

Cuando apareció en el Callao, los agentes municipales fueron alertados por una vecina, que desde su casa había escuchado los ruidos emitidos por el ave cuando la gente se le acercaba.

Picotazo en un dedo

Una patrulla se desplazó al lugar de los hechos y cuando uno de los policías lo recogía de manos del viandante que lo había atrapado, Lucas le dio un picotazo en un dedo, pero el agente logró «reducirlo» e introducirlo en una caja en la que se lo devolvieron a la familia.

El incidente no tuvo mayores consecuencias para las fuerzas de seguridad que la limpieza de la pequeña herida con agua oxigenada, ya que el afectado llevaba los guantes puestos, pero aún así manifestó a este periódico que había sentido el pellizco, «porque el loro era rabudo».

El que salió peor parado fue el viandante que lo había atrapado, «porque llevaba las manos llenas de picotazos», según apuntó Amparo Fernández Domenech, propietaria de una tienda de arreglos de ropa situada en la plaza del Callao. La mujer dijo haber escuchado unos ruidos raros, «pero no le di importancia porque pensé que era un motorista haciendo el payaso, hasta que entró un cliente y me comentó que había un loro en la acera», apuntó, añadiendo que cuando salió el ave ya estaba en manos del policía.

El dueño también asegura que Lucas que es un animal especial, que no se deja coger porque tiene miedo, aunque a él le permite que lo acaricie.

Lucas pertenece a la raza africana Yaco, originaria de Guinea Ecuatorial, pero él ya nació aquí. Sus dueños se lo compraron a una familia de criadores de la zona y aseguran que «se trata de los mejores loros para hablar». De hecho, él habla, baila y canta, además de avisar cuando llaman a la puerta, «pero lo hace cuando quiere», destaca su cuidador, añadiendo que cuando hay gente desconocida no suele hacer nada.

El caso de Odi

En febrero de este año, otro loro, en este caso una hembra de nombre Odi, también se les había escapado a una pareja de estadounidenses, Tatiana y James, que residen en la calle Ourense de Ferrol.

El ave había volado cuando la estaban paseando por las inmediaciones de la estación del ferrocarril y al día siguiente se coló en una habitación de la séptima planta del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol.