El cine Avenida por un millón de euros

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

«Podría convertirse en la mejor sala de conciertos de España», dicen los propietarios del local, que buscan que renazca en forma de espacio de tipo lúdico o comercial

27 mar 2018 . Actualizado a las 16:59 h.

En una página web que oferta todo tipo de viviendas, apareció hace unas semanas un anuncio que llama la atención. «Hablemos del cine Avenida, toda una leyenda del Ferrol de siempre, y que a día de hoy ponemos a la venta», plasma el reclamo. Y los propietarios confirman sus intenciones. ¿El precio? Un millón de euros, ni más, ni menos. Un par de meses atrás se pusieron en contacto con la firma Arquimentos, que se dedica a este tipo de gestiones, con el fin de buscar una inversión nacional o internacional. La pretensión no es otra que encontrar a alguien que, con el mismo aprecio que le tienen ellos, convierta el conocido local de la calle Dolores -con salida también a la calle María- en un negocio de tipo lúdico o comercial. «Podría ser un café-teatro, un piano-bar, un cabaré o lo que desee el comprador. Es un edificio con multitud de oportunidades», expresa Antonio Veiga, uno de los dueños.

Él y su hijo Jacobo abrieron ayer las puertas del Avenida a La Voz. Al entrar todavía se respira ese romanticismo con el que lo recuerdan los ferrolanos. Las dos plantas del cine suman 883 metros cuadrados construidos, que se podrían duplicar con estructura metálica. El inmenso patio de butacas sigue allí, al igual que el escenario, con el enorme telón todavía colocado. Al igual que los asientos del anfiteatro. En total, unas 700 butacas. Asimismo, se conserva la barra del ambigú, donde permanecen varios libros de registro de películas. En él se muestran el título de los filmes, con la fecha, el número de entradas vendidas y la recaudación. Todo escrito a mano. En otra estancia siguen en pie los cinematógrafos, todavía apuntando a la pantalla.

CESAR TOIMIL

Por ahora, solo ha habido una llamada para preguntar por él, aunque quedó en nada. No obstante, en la agencia inmobiliaria confían en que pueda llegar alguna inversión, por ejemplo, hispanoamericana, zona en la que hay un creciente interés. «El inmueble tiene mucho potencial. En pleno barrio de A Magdalena podríamos tener un local de referencia contra el que no podría competir nadie en toda la provincia», considera Veiga. Su hijo asegura que «podría convertirse en la mejor sala de conciertos de España», en caso de que se le quisiera dar ese uso, y lo compara con la sala BBK de Bilbao. Por ello, los propietarios confían en que sirva como elemento que ayude a renacer al casco histórico. De hecho, su entrada por dos calles emblemáticas es otro punto a favor con el que cuenta.

Así, se podrían retomar momentos tan multitudinarios como el estreno de Lo que el viento se llevó, con los invitados vestidos de etiqueta y un cóctel. El Avenida está a la espera de ese millón de euros redondo que lo vuelva a hacer especial. Aunque nunca ha dejado de serlo.

CESAR TOIMIL

Desde poder ser un centro comercial a una ampliación de El Corte Inglés

El arquitecto Nemesio López Rodríguez diseñó el cine Avenida en 1944. El proyecto fue modificado por Vicente García Lastra un año más tarde y finalmente, en 1946, abrió sus puertas al público. Desde entonces, los espectadores no pararon de pasar por allí hasta el 29 de junio del 2001, jornada de su clausura. Curiosamente, como dejó escrito el notario que fue testigo de su cierre, la verja se bajó dos días después del fallecimiento del conocido actor Jack Lemmon.

Uno de los primeros interesados en reconvertir su uso fue, en el 2002, el empresario ferrolano José Fernández, responsable de Jofer. Proyectó crear un centro comercial con una veintena de establecimientos. Entonces se puso un coste de tres millones de euros, el triple que el de ahora. Y ya entonces surgió entre los posibles compradores El Corte Inglés, que podría haberlo anexionado al Supercor existente actualmente justo al lado, en los antiguos locales de Simago. Sin embargo, las negociaciones no salieron adelante y la firma española optó por no ampliar su presencia en la ciudad, tampoco en otros puntos.

Más adelante, el inmueble volvió a primera plana de mano del grupo de Facebook Por la recuperación del cine Avenida de Ferrol, ahora inexistente, pero que en el 2011 llegó a contar con mil adeptos. Ese mismo año, el arquitecto técnico Mateo Bruquetas basó su trabajo de fin de carrera en plantear la posibilidad de convertirlo en una sala polivalente. Un proyecto que podría hacerse realidad si existiese ese interés.