Sospechoso

JOSÉ VARELA FAÍSCAS

FERROL CIUDAD

25 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un mondadientes en la comisura de los labios y el meñique minando en la oreja, con la uña crecidita para mejor extraer el cerumen, son los toques que faltan a la imagen que la oposición proyecta del alcalde para completar el esperpento. Todo se andará. Por ahora lo que se sustancia del ímprobo esfuerzo de la derecha municipal y del fuego amigo es que Jorge Suárez es un sujeto que se dedica por entero a la demolición, una suerte de estajanovista del desmantelamiento del patrimonio material y moral presente y potencial de Ferrol, así, en abstracto, incluidas sus inmortales y envidiadas tradiciones. Un auténtico hombre de mármol ocupado sin tregua en ordenar a los servicios municipales -así los administrativos como los policiales, jurídicos, económicos, de obras y servicios y aun los de asesoría- que se esmeren en su indolencia: para qué hacer algo hoy si se puede hacer mañana, o, ya puestos, la semana próxima; un líder político taimado -por algo será el alcalde situado en el arco ideológico más a la izquierda de cuantos ha tenido la ciudad- cuyo afán cotidiano es batir el récord de tramitar asuntos fuera de plazo con la única finalidad de perder subvenciones, ayudas, colaboraciones y proyectos. Para guinda del pastel, desde el exterior, una falange de aguerridos izquierdistas, transmutados en un cuadro de alegres majorettes que desfilan bajo el himno del pesimismo triunfal, presta labores de auxilio en la remonta que impulsa la derecha, siempre aficionada a la hípica. Modestamente -confío en que no me tomen en serio- recomendaría a la activa oposición que centre el tiro, que no malgaste munición. Pero ya les adelanto que también soy sospechoso.