La peatonalización, el eterno debate

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Después de la revolución en varias calles del centro hace dos décadas, los proyectos que llegaron no salieron adelante, tampoco el intento fallido del gobierno actual

26 mar 2018 . Actualizado a las 12:39 h.

Precisamente hoy se cumplen 18 años del estreno de la calle Dolores como vía peatonal. Representantes de todos los partidos de la corporación local pasearon juntos por ella para estrenarla. Esa franja del barrio de A Magdalena se sumó a parte de la calle Real y Galiano. Desde entonces, solamente se añadieron un tramo de Carmen, y partes de Real, María y Magdalena, derivados de la reurbanización entre la plaza de Armas y la de España. Los demás pasos fueron mucha teoría y poca práctica. En total se realizaron seis estudios diferentes para avanzar en peatonalización, pero ninguno llegó a salir realmente adelante. ¿La consecuencia? Una falta de planificación conjunta y una heterogeneidad estética. En definitiva, un quiero y no puedo en materia de movilidad.

El gobierno de Jorge Suárez fue el último en subirse al carro desde el inicio del mandato. Sin embargo, tras las peatonalizaciones de un tramo del Cantón y de la calle Real durante las 24 horas del día, el resto del proyecto quedó paralizado. Cuando todavía existía el bipartito, el ejecutivo llegó a asegurar que era una decisión «firme» y «sin marcha atrás». «Ninguén se atreveu a dar o paso, nós imos dalo a ver que pasa», señaló el regidor. Incluso se estableció la Semana Santa como una fecha marcada en rojo en el calendario. En todo momento, la intención iba unida a la nueva propuesta de la ordenanza de regulación de estacionamiento (ORE), que también sigue pendiente. Y también a proyectos como los aparcamientos disuasorios, en solares privados, para los que todavía no se ha suscrito ningún contrato.

Al final, la presión de los vecinos y comerciantes, unida a la de la oposición, acabó descartando hasta el momento cualquier posibilidad de una peatonalización que esas agrupaciones tildaron como «salvaje», tanto por los tiempos como por las formas. El Concello usa como herramienta de trabajo el Plan de Mobilidade del 2009, elaborado por la Agència d’Ecologia de Barcelona, que se pretende revisar y aprobar. Pero el consenso entre los partidos parece inviable. En parte, porque se mezcló la peatonalización con la nueva ORE, algo que la mayoría creen que debe ir por separado.

El plan trazado, basado en la supermanzana, mantiene la circulación en todo el perímetro: los coches podrían transitar libremente por las calles Sol, San Diego, de la Iglesia y Lugo, además de por Concepción Arenal -en sentido subida- y por calle Coruña -bajada-. Eso sí, la eliminación de plazas de aparcamiento es lo que más preocupa en el barrio de A Magdalena, por mucho que existan unos huecos paran residentes y otros para párking exprés y descargas.

El pasado mes de septiembre, durante tres jornadas, se realizó un ensayo de la peatonalización, que convenció a algunos y criticaron otros. Desde entonces, apenas se ha sabido nada de los planes del gobierno, que tiene también este proyecto paralizado. «Levarémolo a cabo en canto sexa posible», señaló esos días la edil de Urbanismo. Sobre las intenciones para el futuro próximo, el ejecutivo remitió a este periódico a una rueda de prensa de la próxima semana sobre el Plan de Mobilidade.

En los últimos seis meses apenas se ha hablado sobre el tema y, con poco más de un año por delante para ejecutar la peatonalización, todo apunta a que se volverá a quedar en el tintero un mandato más.

R.P.P.

«No estamos en contra, pero debe ser el final de un plan»

 

Las asociaciones de vecinos del centro de Ferrol, además de la de comerciantes, se convirtieron en los adalices en contra de la peatonalización. El presidente del Centro Comercial Aberto Ferrol-A Magdalena, Cristóbal García Nores, presentó 3.000 firmas con las que los miembros del colectivos exigían cambios a los planes del gobierno local. «Se decía que querían llevar a cabo esta peatonalización ya el año pasado, y menos mal que ya pasó, porque aquello iba a ser una jaula», sostiene. «No estamos en contra, pero creemos que debe ser el final de un proyecto. Cuando tengamos un barrio habitado, rehabilitado, con las calles en las condiciones óptimas, podemos hablar de peatonalizar», explica.

De la misma forma opina la asociación vecinal Zona Centro. «Cómo se va a peatonalizar una ciudad que no tiene las calles en condiciones, ni aparcamientos de ningún tipo que puedan resolver el problema de la falta de plazas», dice Emilio Castro, el vicepresidente. Precisamente la preocupación por la posible falta de aparcamiento fue la piedra de toque entre favorables y detractores. En esta última posición se encuentra también el colectivo vecinal A Magdalena, comandado por Luis Taboada. «Primero tenemos que preparar las cosas y luego peatonalizar por zonas. No todo a la vez, porque eso es un colapso grandísimo. Si no hay espacio para los coches, la gente no viene al centro», señala, y zanja que «la peatonalización, sí; pero no así».

A Coruña, ¿un ejemplo?

En el costado contrario está César Manso, responsable de la asociación Pedro Padrón. «Yo soy favorable. Próximamente con la ciudad vieja de A Coruña vamos a tener una oportunidad maravillosa de comprobar cómo funciona. Si se dinamiza esa zona, esperemos que sirva de ejemplo para Ferrol», manifiesta. Sin embargo, García Nores opina que la situación de A Magdalena es diferente porque «aquí se está hablando de una peatonalización salvaje, sin más, sin dar alternativa». Además, cree que sería «perjudicial» para el comercio. En este sentido, concluye Luis: «Todos seríamos felices si estuviese peatonalizado, pero si por debajo estuviera todo excavado para llegar con el coche. Me imagino estar en San Felipe o en Covas y querer bajar a comprar. ¿A dónde iría? A Alcampo, porque tiene aparcamiento gratuito».