Bares pequeños en los que cabe todo un mundo

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Manuel Bueno, alias El Talibán, comanda el bar El Jardín de la Ranita, probablemente el más pequeño de Ferrol
Manuel Bueno, alias El Talibán, comanda el bar El Jardín de la Ranita, probablemente el más pequeño de Ferrol JOSE PARDO

Un recorrido por las tascas de menores dimensiones revela una certeza: son diminutas, pero ricas en personalidad

17 mar 2018 . Actualizado a las 14:30 h.

Dicen que los perfumes más finos se guardan en frascos pequeños. Y en ocasiones, también, los garitos más insignificantes dan cobijo a los bares con más carácter. En Ferrol, una ruta por esas tascas minúsculas en dimensiones pero grandes en personalidad podría comenzar en el muelle, donde funciona el que probablemente es el bar más pequeño de la ciudad: El Jardín de la Ranita. Su responsable, Manuel Bueno Casal, aporta las cifras exactas de sus dimensiones. «El local mide cuatro por cuatro metros, pero para uso del cliente quedan solo tres metros cuadrados, en los que caben como mucho siete u ocho personas».

La falta de espacio en el interior la suple este hostelero con una terraza de 25 metros cuadrados, aunque a sus clientes más fieles les gusta acompañarle dentro, en una garita que antaño daba refugio a los guardias de aduanas del puerto. «Yo ya tuve un bar grande, El Finisterre, que tenía doscientos metros cuadrados y estaba en la antigua estación de pasajeros del muelle. Eran otros tiempos, se trabajaba mucho, pero ahora aquí tampoco estoy mal», cuenta Bueno de un local que abrió en 1994 y siempre ha estado muy frecuentado por vecinos míticos del muelle, como el recientemente fallecido Milín. «Él venía sobre todo por nuestras patatas fritas, que siempre son de Bonilla y se encuentran entre lo mejorcito del bar junto con las cañas», anota el hostelero.

Alba Erezuma se encuentra al frente de A Tasca da Vella, una cantina en la que «cabe todo el mundo»
Alba Erezuma se encuentra al frente de A Tasca da Vella, una cantina en la que «cabe todo el mundo» CESAR TOIMIL

A pocos metros de allí abre sus puertas A Tasca da Vella, una cantina con menor recorrido histórico, pero también muy chiquitita -12 metros cuadrados de disfrute para el cliente de los 50 que mide el local-, aunque grande en el trato que dispensa al visitante. «Este bar será pequeño, pero aquí cabe todo el mundo: desde señores mayores a niños, pasando por jóvenes, vecinos, turistas... ¡Todos son bienvenidos!», dice rotunda la dueña, Alba Erezuma. De ese «buen rollo» del que presume A Tasca dan cuenta los juegos que hay para los niños y las dos guitarras que siempre están en el bar para levantar el ánimo a la parroquia, por no hablar de sus aplaudidas sesiones vermú y las sabrosas tapas de callos y lentejas con las que obsequia a los visitantes los fines de semana.

El bar O'Xustiño de la calle del Sol no es demasiado grande, pero en su reducido espacio da cobijo a no pocos clientes cantarines
El bar O'Xustiño de la calle del Sol no es demasiado grande, pero en su reducido espacio da cobijo a no pocos clientes cantarines JOSE PARDO

Prosiguiendo con la ruta de locales que convierten lo pequeño una virtud se podría dar un salto hasta O’Xustiño, en la calle del Sol, un local también muy cantarín y que ya solo con su nombre hace gala de su estrechez. Lo comanda, desde hace 18 años, Eliseo Montero, un hostelero para quien las reducidas dimensiones del establecimiento tienen sus ventajas.

«Si hay cinco personas ya parece que está lleno y resulta muy acogedor», dice de un garito decorado con multitud de cuadros, objetos antiguos y un retrato de la mítica Maruxiña, famosa por aquello de «nunca chegamos a ricos». Músicos como Cabe, Roger de Flor y Manolo Bacalhau son asiduos de O'Xustiño, donde suelen cantar y animar al personal en improvisadas sesiones en las que no faltan voluntarios para hacer los coros, entre ellos el propio Eliseo, aunque reconoce que no tiene una gran voz.   

Miguel Coira en la pequeña croquetería El Vai-Ben, que abrirá sus puertas en la calle Arce el próximo viernes
Miguel Coira en la pequeña croquetería El Vai-Ben, que abrirá sus puertas en la calle Arce el próximo viernes JOSE PARDO

Y para finalizar este paseo por los bares más pequeños de Ferrol -en los que no están todos los que son, pero sí son todos los que están-,  otro establecimiento diminuto, que aún no funciona, pero muy pronto lo hará: el Vai-Ben. Los hosteleros Miguel Coira y David Álvarez abrirán esta croquetería en el local de la antigua La Tostadora de la calle Arce el próximo viernes. Mide 40 metros cuadrados, pero solo 13 de ellos son para uso del cliente. «Es pequeño, pero muy apañado y, además, tendremos terraza en Amboage», anuncia ilusionado Coira.