Armas, la lenta agonía de una plaza

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

En el perímetro del centro neurálgico de Ferrol solo subsisten diez negocios de los 24 que llegó a haber, entre los que figuraban ocho en los sótanos anexos al párking

16 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco locales permanecen vacíos en la manzana de la calle Real que linda con la plaza de Armas y dos de ellos de varias plantas, que son los que abandonó Zara, el último de ellos a mediados de febrero. Otro está sin actividad desde que la tienda Natura se trasladó a Odeón, y la joyería Platas cerró su local y ahora atiende en otro establecimiento de la cadena. El quinto local vacío corresponde a un edificio que se levantó de nuevo tras un incendio y en cuyo bajo había una perfumería.

De la manzana de la Tierra situada al lado del consistorio también emigraron dos negocios: En Panes, que ahora está en el polígono de A Gándara, y Vodafone, que se trasladó a Odeón.

Es el triste panorama que ofrece en la actualidad el entorno de la céntrica plaza de Armas, en el que solo subsisten dos agencias de viajes, un banco, una farmacia, una perfumería, una óptica, una tienda de ropa, otra de complementos de móviles y una clínica dental, además del párking subterráneo, cuya continuidad pende de un hilo, porque, de materializarse el proyecto de reforma que promueve el gobierno municipal, podría desaparecer este mismo año.

Pero la desertización comercial del corazón de la ciudad ya tuvo un punto de inflexión hace nueve años, cuando los comerciantes asentados en los sótanos de la plaza tuvieron que abandonar sus locales de forma precipitada. Fue a raíz de otra tentativa de reforma de la plaza de Armas auspiciada por el gobierno presidido por el socialista Vicente Irisarri, con la diferencia sustancial de que en aquella ocasión, el objetivo principal era ampliar el párking con dos plantas más, todo lo contrario a lo que se pretende ahora.

En los sótanos que desde entonces permanecen vallados llegó a haber una agencia de viajes, una floristería, una bollería, una tienda de embutidos, otra de electrónica, una óptica, una cafetería e incluso una discoteca.

Pero, en opinión de los comerciantes, la agonía en la que se encuentra el entorno de la plaza de Armas todavía puede ir a más si prospera la pretensión del gobierno de Jorge Suárez de eliminar el aparcamiento subterráneo, de forma conjunta con la peatonalización del centro de la ciudad. «La reforma de la plaza es muy necesaria, porque está en muy malas condiciones, pero eliminar el párking ya es otra cosa», manifestó ayer a este periódico Sandra Seijo, de Viajes Galitur, añadiendo que el Concello de Ferrol «no se puede permitir el lujo de perder más plazas de aparcamiento. A su modo de ver, «desde que cerró Zara hay un antes y un después, y ha sido la gota que colmó el vaso», dijo, apostillando que «a las seis de la tarde ya no hay nadie en esta zona». Un comentario similar hizo Adela Barral, de Viajes Paco, asegurando que «a partir de las seis está todo desierto. Antes estaba Zara y había más movimiento de gente».