La opción elegida por el alcalde conlleva un retraso en la nueva licitación

La Voz

FERROL CIUDAD

15 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Según el informe del interventor que dio pie a que el gobierno de Ferrol se decidiese a desbloquear, tras tres años de inactividad, el tema de la licitación heredada del PP, la fórmula del desistimiento del contrato «non impedirá a iniciación inmediata dun novo procedemento de licitación». No ocurre lo mismo con la renuncia, por la que se ha decantado el equipo de Suárez, ya que, según consta en el citado informe, «non poderá promoverse unha nova licitación do obxecto do contrato en tanto subsistan as razón alegadas».

La diferencia entre desistimiento y renuncia radica en las causas que originan una u otra fórmula. El desistimiento obedece a la infracción de las normas de preparación o del procedimiento de adjudicación, que en este caso son muy claras, según el interventor, porque no consta el informe jurídico de los pliegos ni tampoco el de fiscalización del expediente, a lo que hay que sumar un incumplimiento de la legislación en la revisión de las cláusulas administrativas. Existe, asimismo, un error en la clasificación otorgada al contrato, porque, según la Intervención municipal, se trata de un contrato de naturaleza mixta de gestión de servicios públicos, por la recogida y limpieza, y de servicios, por el transporte a Sogama. También se ha prescindido de publicación en el Diario Oficial de la UE, algo que ya por sí solo deriva en un vicio de nulidad de pleno derecho.

Sin embargo, en la renuncia habrá que alegar motivos de interés público, y no podrá iniciarse la nueva licitación mientras no se den las razones.