Ferrol cuenta ya con un buen puñado de tiendas, hoteles y cafeterías que permiten el acceso con animales de compañía
07 mar 2018 . Actualizado a las 10:07 h.«Aquí estoy de maravilla y no solo porque me permiten entrar con mi perra a tomarme algo tranquilamente, sino también porque nos sentimos bienvenidas». A medio camino entre el agradecimiento y el cariño, María Luisa López, vecina del barrio de Recimil, pronunciaba ayer estas palabras mientras disfrutaba de un café en el interior del bar Puki de la plaza de España, acompañada en todo momento de su perrita Mini. «Con el frío que está haciendo en una terraza no se puede estar, así que los que tenemos perros agradecemos mucho que haya sitios como este», comentaba a renglón seguido sin escatimar elogios para Andreia Pacer, la responsable del negocio.
El establecimiento de esta hostelera forma parte del pequeño pero creciente grupo de bares, hoteles y tiendas de Ferrol que permiten el acceso de animales de compañía -fundamentalmente perros- a sus instalaciones. «Yo me puse al frente del bar el pasado mes de octubre y desde el principio tuve claro que iba a permitir el acceso de perros, porque yo tengo dos y sé lo frustrante que es ir a darles un paseo y no poder entrar en ningún sitio a tomarte un café», comenta Pacer.
En la lista de locales que abren sus puertas de par en par y de forma «amigable» a los animales de compañía -también denominados petfriendly, como se les empieza a llamar echando mano de la terminología inglesa- también figuran establecimientos como el café Lusitânia, el restaurante O Timón, la tapería Albahaca, el Guarisnais de Esteiro o el mismísimo Zara Home de la calle Real. Consciente de que los dueños de perros también gastan dinero contante y sonante, el gigante gallego de la industrial textil permite la entrada de mascotas con correa a todos sus establecimientos, aunque en la comarca esta norma interna queda sin aplicación en los feudos de Dolce Vita-Odeón. ¿ Por qué? Pues porque, según apunta su gerente, Cristina Imaz, el acceso de animales está prohibido en todo el centro comercial de A Gándara.
Entre los más fervientes defensores de que los perros puedan conquistar tiendas y locales de hostelería se encuentran Teresa Rañal y Carmen González, del Guarisnais, que no solo permiten el acceso de canes a su bar, sino que también los obsequian con galletitas y agua y hasta cuentan con un pequeño espacio vallado que hace las veces de «guardería» por si los dueños tienen que salir a hacer algún recado o fumar. Lo único que piden, a cambio, es que los perros lleven correa o bozal, en el caso de que se trate de razas que así lo requieren. «¿Que si nos preocupa que los perros no estén educados? Para nada, más bien lo que nos preocupa es que las personas no estén educadas», dice irónicamente Rañal, que como González es criadora de las razas pastor de brie y westie y ha visitado muchos países donde la convivencia con los canes no resulta nada complicada. «En Francia, por ejemplo, puedes ir a cualquier café con el perro y también viajar en el transporte público sin problemas», advierte.
Además de locales de hostelería y comercios, en Ferrol también se pueden encontrar hoteles que abren sus puertas a las mascotas, como es el caso de El Suizo, en pleno corazón de A Magdalena. Aunque en este caso existen condicionantes: los canes no pueden entrar en la cafetería y deben pesar menos de 16 quilos para poder alojarse en el hotel.