El Concello tapia el piso a unos okupas sin un desahucio en firme

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Dentro quedaron las pertenencias de una pareja con un bebé, que no estaban en casa

03 mar 2018 . Actualizado a las 09:15 h.

El Concello de Ferrol tapió el pasado martes el acceso de una vivienda municipal del barrio de Recimil que estaba siendo ocupada por un pareja y un bebé de cinco meses. Detrás de la pared de hormigón levantada en el hueco de la puerta permanecen la ropa, los enseres y algunos electrodomésticos de esta familia, que estaba ausente cuando los operarios municipales sellaron la entrada.

El tapiado de las viviendas de propiedad municipal es una práctica habitual para impedir nuevas ocupaciones en el barrio. Y así se hace cuando se comprueba que quienes residían allí se han marchado voluntariamente y, en los casos que llegan a los tribunales, después de que una comisión judicial haya ejecutado la orden de desahucio.

Pero en esta ocasión, según explica la abogada Ángeles Traba, asignada en el turno de oficio para asistir a esta familia ante la demanda interpuesta por el Concello el 7 de octubre del año pasado, la sentencia aún no adquirió firmeza. El fallo se dictó el pasado 22 de enero y el juzgado todavía no ha resuelto el recurso presentado al día siguiente.

La letrada sostiene que «el Ayuntamiento de Ferrol ha actuado al margen de la ley», por lo que puso los hechos en conocimiento del juzgado.

Según manifestó a este periódico, la representación legal del Concello le ofreció la posibilidad de echar abajo la pared de hormigón a las once de la mañana de ayer, solo para que los afectados pudieran recoger sus pertenencias, y acto seguido levantarlo de nuevo.

La representante legal de los afectados no aceptó, asegurando que si entraban era para quedarse, porque ahora están en Vigo, en casa de los padres del chico, y no disponen de recursos para viajes de ida y vuelta.

Jesús Giménez Montoya y Noemí Salazar Conchado habían ocupado la vivienda correspondiente al segundo derecha del portal número 7 de la calle Betanzos en agosto del año pasado.

Según explicó la abogada, a la chica se le acercaba la hora de dar a luz -tuvo a su hijo en octubre- y en la casa de sus padres no había espacio para más gente. Noemí trabajaba en los mercadillos de venta ambulante, pero dejó hacerlo al quedar embarazada, y decidieron entrar en ese piso, después de que un antiguo morador les hubiese entregado las llaves.

Cuando el Concello de Ferrol tapió la puerta se encontraban en la casa de los padres de Jesús, que es natural de Vigo, porque, según relató la abogada, su progenitor está enfermo.

En el interior del piso tapiado se han quedado la ropa, efectos para el cuidado del bebé y los pocos electrodomésticos de que disponían, entre ellos una lavadora que habían comprado.

Según su abogada, la pareja incluso había realizado reformas para mejorar las condiciones del cuarto de baño de la vivienda y ahora se ve en la calle y sin sus pertenencias, a pesar de que la sentencia de desahucio aún no ha adquirido firmeza.

La letrada Ángeles Traba asegura que no se trata de personas conflictivas, y en esta línea apunta que, de hecho, ninguno de los dos tiene antecedentes penales ni policiales.