Los okupas están detrás del grueso de los incendios en casas vacías

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

La madera del suelo, la ropa y los desechos contribuyen a la propagación de los fuegos

28 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de los incendios urbanos registrados en Ferrol corresponde a viviendas ocupadas ilegalmente. Según fuentes de la Policía Local y los Bomberos, se trata de gente sin hogar que se refugia en casas en estado ruinoso y que, ante la falta de electricidad, utilizan velas para alumbrarse e incluso encienden fogatas para hacer frente al rigor del frío invernal o para cocinar.

Los barrios de Ferrol Vello y Canido son los más afectados, pero también se han registrado varios incendios en edificios de A Magdalena.

El caso más reciente es el que se produjo la noche del pasado lunes en un edificio correspondiente al número 12 de la calle María, en el que los vecinos ya habían denunciado en varias ocasiones que había okupas. De hecho, uno de ellos se salvó de milagro de las llamas, por lo que todo apunta a que pudo tratarse de un ajuste de cuentas.

El fuego se descubrió minutos después de las ocho de la tarde y cuando llegaron los bomberos se encontraron con un hombre dentro del inmueble, que no podía salir porque la puerta estaba cerrada con una cadena, que tuvieron que cortar para franquearle la salida.

El incendio calcinó el suelo de dos plantas, que se desplomó y los bomberos emplearon parte de la noche en sofocar las llamas y los rescoldos, por temor a que se propagase a través de las vigas a los edificios colindantes, cuyos moradores fueron desalojados por precaución.

Otro punto en el que se repiten los incendios ocasionados por okupas se localiza en los chalés deshabitados de Ciudad Jardín, en la urbanización de O Boial, a los que los bomberos ya tuvieron que acudir en dos ocasiones en lo que va de año y alguna más en diciembre pasado. Son las intervenciones más recientes, pero meses atrás ya hubiera otros fuegos en esos mismos inmuebles.

En Ferrol Vello, el episodio más grave se produjo hace unos años en un edificio abandonado de la calle Castro y fue necesario desalojar los dos inmuebles colindantes. También en esta ocasión se relacionó el fuego con los okupas, porque los vecinos aseguraron que ese inmueble se utilizaba como punto habitual de venta de drogas, en el que desde hacía unos meses residían con carácter habitual dos personas. Un testigo relató a la Policía haber visto salir huyendo a dos jóvenes en el momento en que se originó el fuego.

Por su parte, el barrio de Canido también registró varios incendios en casas con okupas. Uno de ellos se produjo en diciembre del 2011 en la calle San Diego, en una casa abandonada de las que varios testigos aseguraron a la Policía haber visto salir a dos personas. A finales del 2008 hubo tres incendios seguidos en la misma vivienda deshabitada del barrio de Canido.

Las viviendas municipales de Recimil tampoco son ajenas a este tipo de sucesos. En uno de ellas, gracias al incendio, la Policía Nacional logró detener a tres jóvenes que okupaban un piso, en el que acumulaban efectos robados, entre los que había joyas y grifería, además de las herramientas que utilizaban para apropiarse de bienes ajenos.