«No soy la única: en Ferrol hay mucha más gente que, como yo, necesita un coche adaptado»
La minusvalía de Lara está localizada en una pierna, a causa de un sarcoma de Ewing del que fue intervenida quirúrgicamente, por lo que se mueve en silla de ruedas y en trayectos cortos utiliza muletas. «No soy la única: en Ferrol hay mucha más gente que, como yo, necesita un coche adaptado, por lo que no se entiende cómo no se busca una solución», señala la joven. No se encontraron con ese problema los que sacaron el carné hace unos años, porque la autoescuela Madrid París, de Ferrol, sí tuvo uno, pero cuando se agotó su vida activa ya no lo renovó. «Estos vehículos son costosísimos», según apunta Alberto Uzal, director de Lespar, que además es el monitor que se encarga de las prácticas en el único vehículo de autoescuela adaptado de la provincia de A Coruña. El modelo del que disponen es apto para gente a la que le falta una pierna, sea la que sea, o las dos o un brazo, pero no para tetrapléjicos. Debido a la complejidad de los equipos que lleva, las prácticas también son más caras, ya que se mueven entre 25 y 30 euros, frente a los 15 o 16 de los coches normales.
La asociación provincial de autoescuelas de A Coruña es consciente de la discriminación a la que se ven sometidas las personas con minusvalías que quieren aprender a conducir y ha considerado una posible solución, pero «todo son inconvenientes» y no tienen ayudas, a pesar de que «se trata de un tema social». Lo dice su presidente, José Manuel López Marín, que ayer mismo llevaba ese tema en cartera para una reunión en Madrid. La alternativa que analizaron fue la compra de un coche adaptado por parte de la asociación provincial, para ponerlo a disposición de la autoescuela que lo necesite en cada momento. Pero se topan con el inconveniente de que la normativa de estos centros no permite tener vehículos compartidos, salvo los de gran tonelaje, por lo que el coche tendría que ser dado de baja y de alta con cada cambio de lugar.