«Fui a probar por mi hermano y me enganchó»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Con tan solo catorce años, Álvaro Ramos ya ha subido al podio en varias competiciones gallegas de bodyboard

19 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Veía por su casa las fotos de su hermano, Eduardo Ramos, en el agua y ganando competiciones. Y le picó el gusanillo de probarlo. «Mi hermano surfeaba, un día fui a probar y me encantó», recuerda Álvaro Ramos Purriños. Tiene 14 años, como cualquier chaval de su edad estudia en el instituto Ferrol Vello, pero es ya toda una promesa del bodyboard.

Practica este deporte desde que tenía once años, pero la afición le viene de familia. Su hermano fue campeón gallego aunque ahora con 23 ya está alejado del circuito profesional. «Con once años empecé yendo al mar solo en verano, el invierno siguiente ya no fui y con doce años ya fui todo el año y no dejé de repetir», recuerda.

Aunque inicialmente se lo planteó solo como una afición, a los trece entró en una escuela para perfeccionar la técnica. «Comencé con Spot Surf School, que ahora va a ser Nativos Surf Club, para mejorar la técnica», explica el adolescente. Su padre, Eduardo, señala que su entrenador es Iago Díaz, con el que consiguió en poco tiempo subir al podio de varios campeonatos el verano pasado.

Y en apenas un año su palmarés no hizo más que crecer. En su estantería cuelgan las medallas del segundo puesto del circuito gallego sub 16 (que consta de media decena de pruebas por playas de toda Galicia), primero en los campeonatos gallegos sub 16 y sub 18, y segundo en la Copa Galicia sub 16.

¿Qué le enganchó de este deporte? «Por casa tenemos siempre fotos de mi hermano pillando olas y yo las veía y siempre quería probar. Y cuando fui el primer verano me enganchó», recalca. Su playa favorita lo tiene claro, Doniños. «Es un olón. Si está bien el viento, de las rocas sale una ola de izquierdas larguísima y luego hay una derecha que cruza hasta el medio de la playa», detalla. Al final la afición deportiva le está sirviendo para aprender sobre la geología y los vientos en la zona. «En verano está más caliente el agua, hace sol y mola más, pero hay menos olas. Lo malo del invierno es que hay muchos temporales que no dejan ir a surfear. Pero esta zona es perfecta para probar en las diferentes playas. Por ejemplo, si en Doniños sabes que hay mucho mar pues te puedes ir al Vilar que habrá menos», expone.

Él no ha sido el único de la pandilla de amigos en enamorarse de este deporte. «Somos un equipo de competición», apunta. Y es que Álvaro es de ese tipo de jóvenes que se aficionan a probar diferentes deportes y también ha estado enganchado al skate.

Tras los éxitos del 2017 busca poder seguir creciendo en el 2018, ya que esta temporada no estarán en su categoría sus dos máximos rivales, por lo que espera poder alzarse con más oros. «Vamos a hablar con el entrenador para renovar», avanza el padre, aunque no despeja la incógnita de su futuro por los problemas de horarios. Álvaro se encuentra en plena secundaria y para la familia los estudios son también primordiales.

Compaginarlo con los estudios

Para él compaginarlo no es lo más sencillo. «Puedes ir temprano a la playa un día por semana, pero luego llegas a casa muy cansado para estudiar después. Yo prefiero ir los fines de semana cuando voy por libre», detalla Álvaro. Aunque recalca que en verano sí que echó horas «todo el día en el agua». Su padre no quiere que pierda el gusto por las olas, ya que espera que pueda repetir triunfos. «Esto lo consiguió con pocas horas de entrenamiento, porque hay quien puede conseguir estos objetivos pero a base de machacarte, y él lo logró entrenando más por libre. Y ahora empieza otra nueva temporada y estamos esperando pendientes de ver la situación con el entrenador porque es una pena dejar esto a medias. Es una pena dejarlo si puede ganar más campeonatos», explica el padre.

Sobre si su futuro estará ligado a las olas, Álvaro afirma tajantemente: «No se puede vivir de ello». A la familia le gustaría que hubiese más apoyo a las jóvenes promesas. «Dependes de alguien que te ayude con los viajes porque si no, no se sale, no es un deporte barato», señala el padre.