Más de mil portátiles para impulsar la enseñanza digital en la comarca

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JACOBO AMENEIRO

La Xunta finalizó esta semana la entrega de los nuevos equipos a los dieciesiete centros educativos que ya utilizan el libro electrónico en sus aulas

03 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los esperaban como agua de mayo desde principios de curso y por fin han llegado a las aulas. La Xunta finalizó esta misma semana el reparto de los más de 1.300 nuevos ultraportátiles que podrán usar los alumnos de los diecisiete centros de la comarca adheridos al proyecto E-Dixgal, un ambicioso programa que fomenta la enseñanza digital mediante el uso del libro electrónico para impartir algunas asignaturas en quinto y sexto de Primaria y primero y segundo de la ESO.

En la comarca, el programa echó a andar el curso pasado en nueve centros y en este 2017-2018 otros ocho decidieron sumarse a la iniciativa. Todos estos colegios e institutos ya contaban con ordenadores para que los alumnos pudiesen trabajar en el aula, pero ahora la Xunta los ha sustituido por unos equipos mucho más ligeros -que pueden ser utilizados como portátiles o como tabletas, porque tienen pantalla táctil-, de manera que los pupilos se los pueden llevar a casa a diario y no solo de manera puntual como ocurría antes.

¿Qué ventajas tiene este nuevo sistema frente al modelo convencional de libro de papel, tiza y encerado? Miguel de Castro, asesor TIC del Centro de Formación y Recursos (CFR) de Ferrol, lo tiene claro. «Las ventajas son múltiples. Para el alumno, porque de esta forma va a tener un acercamiento mucho mayor a las nuevas tecnologías. Para las familias, porque se ahorran el dinero que les supondría comprar el libro físico. Y para los profesores, ya que además de los libros digitales que suministra la Xunta, con las nuevas herramientas del programa E-Dixgal también pueden acceder a numerosas aplicaciones educativas y generar sus propios contenidos», explica De Castro, quien desde el CFR se encarga de organizar los cursos de formación que reciben los docentes para conocer el proyecto y familiarizarse con el uso de los nuevos ordenadores.

Que un centro apueste o no por este nuevo modelo de enseñanza digital depende únicamente de su voluntad, ya que son los propios colegios e institutos los que deben solicitar a la Xunta adherirse al proyecto E-Dixgal. Aunque el programa se puede implantar en varios cursos a la vez, lo más habitual es que se pida primero para un único nivel y se incorporen después los restantes. Por ejemplo, en el IES Sofía Casanova se empezó a utilizar este curso el libro digital en primero de la ESO para impartir un total de ocho asignaturas -entre ellas, Biología, Ciencias Naturales, Educación Física o Música- y el curso que viene está previsto que se incorporen también al programa E-Dixgal los estudiantes de segundo de la ESO, con más y nuevas materias.

Como todo cambio, la introducción de la enseñanza digital en las aulas necesita un «período de adaptación», pero, para María Teresa Sebio Puñal, directora del Sofía Casanova, el auge del libro electrónico y de las nuevas tecnologías es un fenómeno al que el mundo educativo no debería dar la espalda. «Los colegios e institutos no pueden ser islas dentro de la realidad. Si estas nuevas tecnologías ya están presentes en la vida diaria de los chavales y en el mundo laboral, los centros de enseñanza no pueden seguir anclados en el pasado y deben apostar por las herramientas del siglo XXI», opina la directora del Sofía Casanova.

Los centros adheridos

Los centros que están adheridos al programa E-Dixgal son el  CEIP Mosteiro de Caaveiro de A Capela; el IES Cabo Ortegal y el CEIP Manuel Fraga Iribarne, en Cariño; el IES Punta Candieira y el CEIP NIcolás del Río, en Cedeira; el IES Sofía Casanova, el IES Ferrol Vello, el CEIP Isaac Peral,  el CEIP Plurilingüe San Xoán de Filgueira y el CPR Santa Juana de Lestonnac, en Ferrol; el CPI Virxe de Cela, en Monfero; el IES Mugardos; el CEIP Couceiro Freijomil, el CEIP Plurilingüe de Andrade y el CPR San José, en Pontedeume; el CPI de San Sadurniño; y el CPI de Atios, en Valdoviño.