La más hermosa de todas las noches del año, la gran fiesta de los niños, se llenó de música y luz a pesar de la lluvia y el frío
06 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hay que decir, en primer lugar, para que quede constancia de ello, que nada pudo el temporal ayer contra los Reyes Magos de Oriente. Don Melchor, don Gaspar y don Baltasar acudieron, como cada año, y con la máxima puntualidad, a la cita con los niños. Y conviene dejar constancia, además, de que, como ya es tradición, hicieron gala de la mágica cualidad que les permite estar en muchas partes -y además con diferentes ropajes y carrozas- al mismo tiempo.
Así, Sus Majestades de Oriente hicieron acto de presencia a última hora de ayer, antes de iniciar el reparto nocturno de regalos, a lo largo y ancho de Ferrolterra, Eume y el Ortegal, sin olvidarse de rincón ninguno.
Bajo el cielo del invierno
A media tarde, parecía que el mal tiempo iba a dar una tregua a los desfiles de Reyes. Pero, finalmente, no fue así. En el caso de Ferrol, por ejemplo, no llovió ni una gota de agua mientras la cabalgata discurrió por la Carretera de Castilla. Pero nada más llegar Don Melchor, don Gaspar y don Baltasar al casco histórico de la ciudad -al barrio de A Magdalena-, comenzó a caer granizo. No obstante, Sus Majestades de Oriente no se amilanaron. Mantuvieron el recorrido previsto. Y su esfuerzo tuvo recompensa: al pasar por la plaza de Amboage ya no llovía. O no llovía, al menos, con la misma fuerza. Miles y miles de niños, acompañados por sus familias, abarrotaron ayer las calles de Ferrol -y también las de toda la geografía de la comarca- para darle la bienvenida, un año más, a los Reyes Magos. Ellos, por su parte, se mostraron auténticamente entusiasmados con el recibimiento que les ofrecieron los pequeños, y bajo el cielo del invierno sonrieron todo el tiempo, mientras sus pajes repartían caramelos, como es tradición también, entre todo el público que acudió a verlos.