«Hasta el tercer año después de sufrir el ictus no vi la luz, era muy duro»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Cristina relata en un blog lo que se podrá leer en un libro que está creando con la colaboración de su fisioterapeuta

29 oct 2019 . Actualizado a las 17:02 h.

«Mi nombre es Cristina, soy maestra y madre de cuatro hijas. Me considero una persona muy reflexiva, quizás demasiado. Soy activa tanto física como psíquicamente, no me gusta estar sentada...», así comienza un blog que se titula Soy dependiente... todavía y que narra la lucha de una ferrolana que hace cinco años sufrió un infarto cerebral que la golpeó mucho. Tanto que algunas veces vio como su espíritu rotundamente optimista se resquebrajaba. «Hasta el tercer año después de sufrir el ictus no vi la luz, es muy duro, pero que muy duro estar en una silla de ruedas y es algo aburridísimo estar así y depender de los demás», recuerda una mujer que no se rindió y que seguramente por eso camina con ayuda de una muleta y ha recuperado por completo su actividad mental.

Cristina escribe el blog como terapia, pero también para animar a las personas que estén pasando por el dolor y la impotencia que la postró a ella durante muchos meses. Y hará mucho más gracias a una alianza que ha creado con su fisioterapeuta, Alba Toimil, y que consiste en cinco sesiones en las que Cristina y otros enfermos relatarán cómo fueron sus ictus y sobre todo lo duro que fue encajar la vida después. «Una vida en la que tenía que leer libros muy sencillos, porque me fallaba la memoria y no era capaz de quedarme con los personajes; una vida en la que mi familia me decía con cariño que me olvidase de volver a se profesora, con lo mucho que me gustaba... Recuerdo que una vez en la playa una mujer se me acercó y me dio ánimos, me dijo que iba a mejorar y aquello me pareció un subidón tremendo», explica Cristina sobre el proyecto en torno al ictus que echó a andar esta semana en la Casa Solidaria y que tomará forma de libro. Es más que probable que se titule Zona de penumbra, porque así se denomina una de las partes del cerebro que oscurece y anula un ictus y que tiene posibilidades de recuperarse de nuevo.

Comprensión

Hay muchas personas en Ferrol pasando por los episodios que se relatarán en ese libro, pero ninguna asociación en la que puedan ampararse. «La entidad que tenemos más cerca está en A Coruña, pero no todo el mundo tiene la fuerza y las posibilidades de ir», explican las dos promotoras de una iniciativa que esperan que sirva para crear un apoyo tanto para los enfermos, como para sus familias. Alba Toimil transcribirá todas las sesiones, pero destaca que cada ictus es un mundo y hacer comparaciones siempre es un error. Pero eso no quiere decir que las experiencias no sirvan como estímulo.

«No todos hemos sabido como pedir ayuda y por eso no hemos recibido lo que necesitamos, aunque yo tengo que decir que los fisioterapeutas son todos unos ángeles, personas maravillosas», zanja Cristina Pardo, a la que le gustaría encontrar un poco más de humanidad cuando camina despacio por la calle y que recomienda un cóctel de ingredientes que son su mejor medicina: «Amor, humor y paciencia, con eso se sale adelante seguro».