Los baches vuelven al Callao año y medio después del último arreglo

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Los adoquines no soportan un tráfico tan fluido y pesado, con 300 autobuses al día

19 abr 2021 . Actualizado a las 15:12 h.

Los adoquines no soportan el intenso tráfico que registra la plaza del Callao. Lo dicen los dueños de los negocios situados en su entorno, los vecinos y no hay más que verla y observar su progresión a lo largo del tiempo. El firme vuelve a estar deteriorado, con varios hundimientos y piedras semidesprendidas, a pesar de la que la última obra de reparación se efectuó hace solo un año y medio, con posterioridad a una intervención en profundidad que mantuvo la zona cerrada al tráfico durante cuatro meses en el año 2012 y que supuso un desembolso para las arcas municipales de 272.000 euros.

El trasiego de vehículos por la plaza del Callao es constante, pero la mayor carga que tiene que soportar el firme de la calzada la ponen los buses urbanos que la atraviesan unas 300 veces al día y también los camiones de reparto de mercancías, porque se trata de la vía más directa de salida del casco histórico de A Magdalena hacia la carretera de Castilla.

A todo esto hay que sumar la existencia de una parada del bus en plena plaza y en pendiente, por lo que el trabajo de tracción de los autocares para reanudar la marcha supone un duro castigo para los adoquines.

El efecto dominó hace el resto. Cuando una piedra se mueve va arrastrando a las demás y así se pueden ver actualmente varias zonas con adoquines casi desprendidos, que pueden ser el prolegómeno de futuros socavones como los que ya hubo en varias ocasiones.

La gran intervención en la plaza del Callao se acometió en 2012. Las obras dieron comienzo en el mes de agosto y el 15 de diciembre de ese mismo año se reabrió al tráfico. El problema que presentaba la calzada hasta ese momento era que el firme estaba resquebrajado y hundido, por lo que la empresa Construmax de Contratas, adjudicataria de las obras, aplicó una capa de hormigón armado de treinta centímetros de espesor, sobre la que se colocaron los adoquines.

Los responsables municipales de entonces -gobernaba el popular José Manuel Rey Varela- entendían que la plaza iba a durar muchos años e incluso vecinos de la zona que vieron la evolución de los trabajos creían que el firme estaba hecho «a prueba de tanques».

Pero no fue así y solo tres años después, en mayo del 2016, hubo que levantar parte de la plaza. A pesar de que el plazo de garantía ya había vencido, Construmax accedió a realizar la reparación, que duró dos semanas, durante las que el tráfico volvió a estar cortado. El actual gobierno de Ferrol asumió en ese momento que las obras en el Callao tienen una duración determinada, de ahí la necesidad de tener un mantenimiento periódico.

En febrero del presente año, los adoquines ya comenzaban a «bailar», por lo que desde Urbanismo se anunció que el problema sería trasladado a los técnicos, para que elaboraran un informe con las medidas más adecuadas para atajar problema. Nada más se supo de esa petición ni del mantenimiento y lo que sí se puede apreciar es que el deterioro de la plaza del Callao continúa a pasos agigantados.