Prefiere no embarcar y exponerse a un juicio militar que dejar sola a su abuela minusválida

Carmela López
carmela lópez FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Le fue denegada la baja temporal firmada por los dos médicos del Isfas que lo tratan de un trastorno ansioso-depresivo

08 dic 2017 . Actualizado a las 11:15 h.

El cabo primero de la Armada Manuel Tarrío Cores ha recibido la orden de embarcar mañana, sábado, en la fragata Álvaro de Bazán, tras haberle sido denegada la baja temporal firmada por los dos médicos del Isfas que lo tratan de un trastorno ansioso-depresivo y que habían fijado para el próximo día 20 una revisión del paciente. A este mismo militar ya le había sido revocada a finales del pasado mes de octubre la exoneración de guardias, servicios, maniobras y actividades análogas para el cuidado de su abuela, de 85 años y con una minusvalía del 95 %, que le fuera concedida hace un año, tras morir su madre, por ser el único familiar que puede cuidar de la octogenaria.

Según la información facilitada por su abogada, Enma González, el afectado presentó en su momento un recurso de alzada contra la citada revocación, del que no recibió respuesta, y que se refería a un embarque que tendría que haber realizado en noviembre y que no cumplió, a raíz de sufrir una crisis de ansiedad por no tener con quién dejar a su abuela. Por este hecho, ayer mismo se le comunicó la apertura de diligencias por parte del juzgado togado militar, por no incorporarse a su puesto en la fragata.

Por lo que respecta a la nueva misión del buque, en la resolución por la que se le deniega la baja temporal se le ordena incorporarse mañana, «con las limitaciones reflejadas en el informe médico de la unidad de reconocimiento de la clínica militar de Ferrol». Se concreta que está limitado para servicios de armas y conducción de vehículos, así como que se le respetará el descanso nocturno mientras esté con medicación psicotrópica.

La asesora jurídica de Manuel Tarrío considera muy grave que se revoque la exoneración de servicios, cuando la jurisdicción militar tiene reconocida la Ley de Igualdad, y también que se deniegue una baja prescrita por dos médicos. No obstante, todavía considera más grave que un mando militar hubiese contactado con los servicios sociales del Concello de Ferrol, primero, y después con los de Narón -el cabo primero se trasladó con su abuela a un bajo en A Gándara porque ella no puede acceder al piso quinto propiedad del nieto-, facilitando datos personales de ambos, incluyendo el salario de él y la pensión de ella. Por este hecho, la abogada presentó una denuncia civil, que inicialmente fue rechazada y que está en trámites de ampliación.

El Concello de Narón emitió un informe social en el que se recoge que la abuela no puede estar sola, por lo que, mientras su nieto trabaja, está cuidada por una persona contratada, ya que no existen otros familiares que se puedan hacer cargo de ella. El escrito concluye informando favorablemente que Manuel Tarrío pueda compatibilizar su actividad laboral con el cuidado de su abuela.

Este periódico trató de contactar ayer, sin éxito, con el estamento militar.