Concello y vecinos rinden homenaje al gaiteiro Antón Varela poniendo su nombre a un parque de Canido
02 dic 2017 . Actualizado a las 17:39 h.De una manera «espontánea», «natural», «como agroman as frores nun xardín». Así surgió la unánime y poderosa iniciativa vecinal para rendir homenaje al gaitero, artesano y compositor Antón Varela Cachaza, Tonecho, fallecido el pasado 25 de julio, cuya memoria palpita desde ayer -y ya para siempre- en la zona verde situada justo detrás del IES Canido, muy cerca de la calle Insua, la misma que lo vio nacer. Lo subrayó, casi ahogado por la emoción, su hermano Pepe Varela, durante el acto multitudinario organizado por el Concello de Ferrol para descubrir la placa con la que el triángulo verde situado frente a la calle Poeta Pérez Parallé quedó bautizada con el nombre de Parque do Gaiteiro Antón Varela.
Fue un homenaje con muchas lágrimas, pero que comenzó y terminó con la festiva y animosa gaita de Os Raparigos, como sin duda le hubiese gustado a Tonecho. Pero, sobre todo, fue un acto al que nadie quiso faltar. Allí estaban sus hermanos Pepe y Paco Varela, su hija Erica, vecinos, muchos amigos del alma y concejales de todos los colores políticos, lo que puso en evidencia que el homenaje no era solo del Ayuntamiento o de las entidades impulsoras -la Asociación de Vecinos O Cruceiro, la Sociedad Recreativa e Deportiva Canido y Muíño do Vento-, sino de todo el pueblo de Ferrol.
Así lo recalcaron en sus discursos el alcalde, Jorge Suárez, y el concejal de Cultura, Suso Basterrechea. Y también insistió en ello el presidente de la agrupación vecinal de Canido, Roberto Taboada, quien destacó la actitud «solidaria y comprometida» del luthier con su barrio. «Ao longo de máis de corenta anos, Antón Varela non faltou nunca a ningún acto que se celebrase neste barrio ao que fose invitado. E nunca reparou en distingos sobre quen organizaba a actividade», anotó Taboada al tiempo que destacó la trascendencia internacional que alcanzó el trabajo de Tonecho al llevar el nombre de Ferrol y el folclore gallego por todo el mundo.
De su semblanza más humana se ocupó Pepe Varela, quien con orgullo de hermano mayor dijo que Tonecho «estuvo tocado por un don, o don da música, e a música é o soporte dos sentimentos (...), chega ao corazón... E Tonecho estará xa para sempre no corazón de todos nós».
Y, recordando a sus padres, puso el acento en el valioso legado que deja su hermano. «Dende ese lugar da memoria que habitan agora, tal vez collidos das mans e mirándose aos ollos, den en cavilar que si un fillo seu foi quen de dar nome a un espacio público no seu Canido natal, ao final, e ao revés do que dicía o poeta Curros en Mirando ao chau, a súa obra mereceu a pena».