Ingresan en la cárcel los tres miembros del clan familiar de Ferrol detenido por tráfico de drogas

A. Mahía / C. López A CORUÑA / FERROL

FERROL CIUDAD

C. L.

La jueza también dictó orden de prisión para otro arrestado en Meicende, mientras que otros cinco quedaron en libertad con cargos

16 nov 2017 . Actualizado a las 17:54 h.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol ordenó el ingreso en prisión de cuatro de los nueve detenido en el operativo policial contra el tráfico de drogas el pasado martes. Se trata de un vecino de Covas, su hijo, la novia de este y otro hombre que había sido arrestado en Meicende. Otros cinco varones quedaron en libertad con cargos, con obligación de realizar comparecencias judiciales.

Los detenidos permanecieron ocho horas en las dependencias judiciales de Ferrol y la mayoría de ellos se acogieron a su derecho a no declarar. Solo lo hicieron el vecino de Covas y la novia de su hijo, que negaron tener relación con el tráfico de drogas.

El operativo policial incluyó ocho detenciones, pero ayer se les sumó otro hombre que estaba siendo buscado y se presentó voluntariamente en las dependencias de la Guardia Civil de A Coruña. Pero la operación todavía no se ha completado, porque falta el pez más gordo, el hombre que surtía 50 kilos de hachís todos los meses al clan familiar con residencia en la parroquia ferrolana de Covas y en un piso de Caranza. Padre, hijo y la novia de este último adquirían la droga al ahora huido y la distribuían entre el resto de los arrestados, que eran los que la ponían en la calle.

Fue un golpe muy duro y trabajado «a la principal red de distribución de hachís en Ferrolterra», según dijo este miércoles el el subdelegado del Gobierno en Galicia, Jorge Atán, quien mostró a los medios todo lo que se les incautó a los arrestados, que fue mucho. En los siete registros que se produjeron en Ferrol, Meicende y Sada encontraron 118 kilos de hachís, 1,9 de cocaína, sustancias para el corte, 9 vehículos de alta y media gama, una moto acuática, 150.000 euros -70.000 estaban dentro de uno de los coches- y una pistola que estaba oculta en una farola dentro de la propiedad de uno de los investigados.

La operación, llevada a cabo por la Guardia Civil y la Policía Nacional, y bautizada con el nombre de Escipión, fue muy «laboriosa y complicada», según el subdelegado del Gobierno. La comenzaron en marzo, cuando agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) pusieron sus ojos sobre un individuo -el que falta por detener-, pues tenían sospechas de que distribuía hachís por la zona de Ferrol. Lo vigilaron y comprobaron que así era, por lo que se solicitó al Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol que pinchara su teléfono. Puntada a puntada, los agentes fueron poniendo nombre y localización a todo el que negociaba con él. No fue fácil, pues apenas conversaban por teléfono, cambiaban constantemente de vehículos -uno de los detenidos se movía en 8 coches distintos- y hasta hacían labores de contravigilancia. Pero finalmente cayeron. Con pruebas «suficientes para que hoy el juez los envíe a prisión», según la Guardia Civil.