Tiene 75 años y lleva 54 sin carné: «Yo voy a seguir conduciendo, me llevaron el coche pero compraré otro»

Carmela López
carmela lópez FERROL / LA VOZ

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Carmela López

La ferrolana María Josefa Fernández Bouza se ha convertido en reincidente por conducir sin permiso

08 nov 2017 . Actualizado a las 15:43 h.

La única pena por un delito de tráfico que le han impuesto a lo largo de su vida, tras conducir 54 años sin carné, la cumplió hace unos meses. Tuvo que asistir durante ocho fines de semana a charlas dirigidas a la reeducación de conductores condenados, pero a María Josefa Fernández Bouza, de 75 años, no le han servido de nada. «Solo hablaban de las consecuencias del alcohol y las drogas, pero a mí eso no me importa, porque no bebo ni fumo; lo único que quiero es que me den el puñetero cartón», manifestó ayer, refiriéndose al carné que ella asegura haber obtenido en 1963, en Ourense, aunque señala que, por problemas familiares, no se acordó de ir a recogerlo. María Josefa hizo estas declaraciones a La Voz a las puertas de los juzgados de Ferrol, ante los que tendrá que volver a responder por un nuevo incidente de tráfico.

Nuevo juicio en diciembre

Y es que el hecho de que en noviembre del año pasado la hubiesen condenado por causar daños a otro coche en una rotonda en octubre del 2014, cuando conducía sin carné, no ha coartado ni un ápice su idea de seguir haciéndolo. De ahí que en diciembre tenga que sentarse de nuevo en el banquillo de los acusados, para responder de un incidente ocurrido el pasado 21 de mayo.

Según el relato de la septuagenaria, acababa de salir del hospital tras sufrir un infarto y decidió ir al garaje para ver si su coche funcionaba. «Encendió y me dije, voy a dar una vuelta, pero al salir y girar rocé otro coche que estaba aparcado», explicó, añadiendo que ella se hubiera «arreglado» con el dueño, «pero la gente que estaba en la calle llamó a la policía». Ese día le retiraron el vehículo, que desde entonces permanece en el depósito municipal, pero María Josefa se resiste a dejar el volante. «Yo voy a seguir conduciendo; me llevaron el coche pero cuando junte dinero me compraré otro», señaló.

Según dijo, ella conoce todas las señales de tráfico. «Pero las que se le resisten son «las normas nuevas que ponen, cada día unas, cuando en España tienen mucho que hacer en otras cosas, porque nos van a llevar a una guerra civil, pero les es más fácil ir a por nosotros, los esclavos», aclara. Y apostilla que ella nació libre. «Y no soy ninguna esclava».

María Josefa considera que no hace daño a nadie y asegura que «siempre cumple con lo legal: «Fui ocho sábados a las charlas y quiero que me entreguen el carné».

Asistió a la teórica dos años

A su modo de ver, el hecho de haber conducido tanto tiempo sin licencia y sin accidentes -los dos casos que llegaron al juzgado lo fueron por roces con otros vehículos- deberían servir para que se lo concediesen: «Teniendo en cuenta que, a mi edad, ya no lo puedo sacar». Vuelve a decir, al igual que había manifestado en la entrevista que le hizo este periódico en noviembre del 2016, cuando se descubrió que no tenía carné, que estuvo acudiendo a dos autoescuelas en Santiago (Santa Eulalia y La Mata) en el 2013 y el 2014. «Pero siempre me catearon en el teórico, por una respuesta mal, además de las tres que permiten». Sostiene que gastó más dinero en las autoescuelas que el que le habría costado un coche, pero que no tuvo éxito, precisamente por «las normas nuevas».

Ahora, a los 75 años y con un bagaje de 54 al volante, María Josefa considera que tendrían que dárselo ya e incluso hacerle algún regalo, «por no haber tenido accidentes».

Un supuesto aprobado en unas pruebas realizadas en la época de Franco

María Josefa Fernández Bouza, nacida en Ferrol, se trasladó a Ourense en 1963, junto con una hija de diez meses y su abuela, de 85 años. Ayer recordaba que en esa época trabajaba de asistenta en una casa por las mañanas y en otra por las tardes, por lo que necesitaba un coche para desplazarse. «Decidí sacar el carné y me examinó el ingeniero Amor. Tuve que circular entre unos palos y cubrir un test dentro del coche, y me dijeron que estaba aprobada», señaló, añadiendo que era lo que se hacía en la época de Franco, cuando Tráfico aún no había asumido la competencia. María Josefa sitúa ese examen en el verano del 63 y añade que en septiembre de ese año murieron su hija y su abuela. «Cogí una gran depresión, estuve a tratamiento, y me olvidé del carné», apostilla.