Disensiones en la agrupación de la zona rural provocan la salida de varias asociaciones

R.P.P. FERROL

FERROL CIUDAD

José Pardo

A Cabana y Serantes ya se han marchado y otras entidades valoran hacerlo próximamente

07 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un cadena de abandonos sacude a la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Rural, el colectivo que agrupaba a catorce entidades y que ha perdido ya a dos entidades. Varias más han reconocido que estudian marcharse. Hace un año era la de A Cabana la que dejaba de acudir a los encuentros, en octubre comunicaba su cese la de Serantes. Los motivos fueron diferentes, pero coincidentes en la discrepancia con la presidencia de la agrupación, que ostenta el dirigente de la asociación O Lago, de Doniños, José Polo. Luis Casas, de Serantes, expuso que su abandono responde a que «a nuestro entender, las demandas y reclamaciones globales de la zona rural no las está liderando como tendría que ser y para lo que fue creada». Y que, en su lugar, «sí lo está haciendo en reiteradas ocasiones el presidente de una asociación». El de A Cabana fue un caso distinto, y la ruptura vino desencadenada por la organización del magosto conjunto del pasado año y la aportación económica que, debía haber realizado la agrupación, pero que finalmente no se aportó.

Pero las disensiones vienen desde más frentes. La próxima en dar el paso podría ser la asociación de vecinos de Pazos. Su presidente, Francisco Cruz, reconoce el «descontento» con la agrupación, que realiza actividades «sin contar con las demás asociaciones» y que, añade, «está haciendo política a nuestras espaldas sin consultarlo». No obstante, la decisión todavía no está tomada, a la espera de una reunión. Tampoco la de Viladóniga-Vilasanche ha decidido aún si abandonará o no el colectivo.

Por su parte, José Polo, rebate que «conmigo no han tenido problema ninguno». Justifica que en A Cabana no se aportó el dinero porque no se mencionó en el cartel a la agrupación. Y que en el caso de Serantes, fue porque Covas llevó ante el pleno una reclamación «para toda la zona rural, pero para Covas en concreto». De los demás «nadie me ha dicho nada». No obstante «sí que me preocupa», admite, «porque cuantos más seamos, mejor, porque la unión hace la fuerza. Pero si se quieren ir, qué le vamos a hacer. Esto es libre». Y avanza que «el que se va a ir soy yo». Pero no por los últimos abandonos, sino porque por sus circunstancias personales que no le permiten atender el cargo y que prevé convocar una asamblea al efecto.