La jugadora ferrolana está viviendo esta temporada su despegue en la máxima categoría del pádel mundial
06 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Cualquier deporte que practica se le da bien. Y no iba a ser menos con el pádel. «La que se os viene encima», dice Silvia López Vidal (Ferrol, 22 años), al acabar la entrevista, en un día de lluvia en las instalaciones de San Mateo. Eso mismo deben de pensar sus rivales. A pesar de su corta edad, la ferrolana ha entrado esta temporada en seis cuadros finales del World Padel Tour (WPT), con un 62,07 % de ratio de efectividad en el juego. Gracias a ello, desde que empezó la campaña en enero ha saltado de la posición 96 a la 49 en el ránking. Un palmarés para sonreír... al menos fuera de la pista.
-Después de pasar por muchos deportes, se ha quedado con este.
-[Ríe] Probé, probé muchos... Empecé con el tenis, pero tuve una lesión en el brazo que me impidió seguir. Después probé fútbol, triatlón, atletismo... y acabé en el pádel porque los deportes de raqueta siempre fueron los que más me gustaron.
-¿Cómo fue su trayectoria?
-Empecé siendo un poco alocada a los 11 años... [sonríe] y hasta los 19 o 20 no asenté la cabeza. A esa edad fue cuando me empecé a dedicar realmente al pádel.
-¿Y que pasó a los 11 años?
-Veía a mi madre jugar en el club, pero a mí no me dejaban... Aún así, dije: «¡Pues yo voy a jugar!». Entonces me fui metiendo en la pista y así empecé. Los mayores no nos dejaban, pero los que empezaron conmigo y yo fuimos muy insistentes.
-Alguien a la que le apasionó el tenis, ¿le puede gustar más este deporte?
-No. El tenis para mí es, sin duda, el mejor deporte, pero el brazo no me permitió continuar. Normalmente, la gente que no destaca en el tenis, se mete en pádel. Es más cómodo y más fácil que el tenis, que es más exigente.
-En Galicia encuentra dificultades para competir con jugadoras de su nivel...
-Cuando juego aquí no me exijo mi máximo nivel. Realmente, me aburro. Ni mucho menos menosprecio a las jugadoras, pero aquí para probarme tengo que enfrentarme a chicos. De hecho, el año que viene tengo en mente pasar una semana aquí y otra en Madrid, que es donde se concentra el circuito mundial.
-Su apuesta por el pádel es firme.
-Sí, sí. Además de jugar, llevo desde los 16 años trabajando en el mundo del pádel. Ahora estoy en un club de A Coruña. Por decirlo de alguna manera: vivo para este deporte.
-Esta temporada ha participado en todos los torneos del WPT menos en uno y, por lo tanto, se ha recorrido España de punta a punta. ¿Merece la pena?
-¡Mucho! Al principio piensas que es una pérdida de dinero si no tienes patrocinadores y pones todo de tu bolsillo, pero es todo lo contrario. Cuando vas mejorando y entrando en los cuadros acabas pasándote una semana en cada ciudad, y te das cuenta de que el esfuerzo merece la pena.
-¿Y esperaba tan buenos resultados?
-Para nada. Esta temporada el objetivo no era tan alto, porque tampoco le dediqué tanto tiempo como para merecerlo. Esperaba hacer un cuadro y llevo seis, entonces la meta está más que cumplida. Estoy satisfecha, no, lo siguiente [sonríe]. De todas formas, el año que viene tengo que mejorar. Sobre todo, entrenar más, que ya me dice mi preparador que no puedo ser tan vaga.
-Además, cambió de pareja...
-Empecé con Sofía Araújo y me compenetraba muy bien con ella, pero por motivos de patrocinio ella tuvo que dejar de jugar conmigo. La verdad es que estuve una temporada dolida, pero como le dije, igual en un futuro nos volvemos a encontrar.
-Ahora está con Araceli Martínez.
-Sí, tiene 17 años y acaba de quedar subcampeona del mundo. Estoy muy bien con ella. A este nivel muy pocas jugadoras te decepcionan a la hora de jugar. Eso sí, hay gente que tiene un carácter muy difícil y yo soy una de ellas [ríe]. Si me saben llevar, soy muy buena, pero como vea algo que me duela, tengo tiranteces.
-¿Y ese carácter se le nota en la pista?
-Si fuera de la pista soy la más alegre y puedes hablar conmigo en cualquier momento, dentro soy la persona más seria que existe. Los que me conocen dicen que parezco otra, que siempre estoy muy seria. Pero mi temperamento es así, en la pista suelto mucha rabia. No sé, soy así. Luego fuera se me olvida todo. Puedo perder un partido, estar cinco minutos enfadada y al momento estar riéndome con mis rivales.
-¿Qué siente cuando empieza a golpear la bola?
-Ilusión. Me evado de todo y juego. Me olvido de mis problemas, de lo que pasa y me divierto.
-¿Algún agradecimiento?
-Mis agradecimientos van para Drop Shot, que este año me ha regalado de todo; Trastoy 3, un bar que me aporta algo de dinero y donde puedo comer gratis; la Federación Galega de Pádel, que me da un bonus; el Beni Gym, donde bajé 15 kilos; y, por supuesto, también para mi familia y mis amigos.
-¿Sus amigos son sus fans?
-¡Se apuntan a venir conmigo a los torneos! Siempre me preguntan las fechas para venirse de vacaciones.