El espía de las alcantarillas ferrolanas

FERROL CIUDAD

ÁNGEL MANSO

Un dron se encarga de revisar los 25 kilómetros de conducciones para evitar la acumulación de sedimentos

02 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un dron es el nuevo espía del saneamiento en Ferrol. La tecnología se ha metido de lleno en los interceptores de la red para vigilar que en la ciudad no se produzcan desagradables acumulaciones de montañas de toallitas y residuos como las que colapsaron recientemente las canalizaciones de San Sebastián. Ferrol se ha convertido en pionera de las urbes gallegas en aplicar un sistema que consiste en introducir un pequeño vehículo aéreo en los grandes tubos del alcantarillado y que permite visualizar en tiempo real el estado de los colectores.

José Piñeiro, director del servicio de explotación de la red de saneamiento por Acuaes (Aguas de las Cuencas de España, organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente), y Óscar Pintos, director del servicio de explotación, perteneciente a Viaqua, la empresa adjudicataria de la gestión de los interceptores observan atentamente ante una de las tapas de registro abiertas ubicadas en el Cantón. De ella sale y entra el dron que pilota el húngaro Péter Kövessi, partner de innovación del grupo Suez -al que pertenece la empresa Viaqua- y que sigue las evoluciones del dron en una pequeña pantalla.

Dotado con una cámara normal y otra termográfica y protegido por una ligera carcasa de forma esférica el dron que ya ha comenzado a trabajar en Ferrol es capaz de entrar volando al alcantarillado eliminando la necesidad de acceso de personal a zonas potencialmente peligrosas. Esa es su principal ventaja: adiós a la entrada de trabajadores a unas conducciones que discurren a 25 metros de profundidad y que requerirían la adopción de numerosas medidas de seguridad y contar con equipos de protección y rescates. O lo que es lo mismo: menos riesgos y mayor ahorro.

Vigilancia aérea vs robot

El dron desbanca también la opción de los robots terrestres utilizados hasta ahora. Y a diferencia de ellos, no se ve inutilizado por los obstáculos o el exceso de caudal. Y hace el trabajo más rápido. Si un robot tardaba una semana en inspeccionar un kilómetro de tuberías el dron es capaz de revisar 4,5 en solo dos días, y con mejores resultados, ya que ofrece una visión más amplia de interceptores que alcanzan los dos metros de diámetro. No obstante, no todo es tan sencillo. Piñeiro enumera las dificultades: el diámetro de las tuberías, las condiciones de oscuridad total y humedad y los problemas de transmisión de señal bajo tierra. «Lo suelo asemejar al buceo, porque hay un montón de reglas pero nada puede ir mal, porque pierdes un dron». Pero claro, apostilla, Pintos, «es mejor perder un dron que una persona». Y este sistema «es un trabajo muy seguro que aporta una visión mejor».

La presencia del dron forma parte de las tareas de mantenimiento preventivo de todos los colectores del saneamiento de la margen derecha de la ría de Ferrol: 25 kilómetros en total. «No solo es construir la red, sino lograr que tenga un mantenimiento muy bueno», destaca Piñeiro. Lo contrario sería, ejemplifica, «como el que compra un coche y no lo lleva a revisión».

El dron ya ha revisado los 4,5 kilómetros de tuberías que oculta el subsuelo ferrolano entre la avenida de Esteiro y la zona del puerto. Y próximamente lo hará también por el resto de la red, una tarea que se prevé que se repita anualmente.

Evitar la crisis de las toallitas

Se trata de evitar crisis como la de las toallitas higiénicas o por acumulación de grasas. «No podemos permitir que se acumulen residuos hasta que rebosen en los interceptores; tenemos que mantener su capacidad intacta», apunta Piñeiro, e impedir el depósito de sedimentos que mermarían la operatividad de los colectores. Además, esta primera inspección permitirá identificar puntos negros.

Barcelona, San Sebastián, Madrid y otras ciudades ya lo han probado. También se han hecho demostraciones en Polonia, Chile, Marsella o Pontevedra.