Grandes empresas

Manuel Couce DESDE LA ALAMEDA

FERROL CIUDAD

24 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Late con fuerza el buen hacer en el puerto comercial ferrolano, su gestión está siendo comentada favorablemente por sus buenos recursos en servicios, que satisfacen a los mercados y se considera a Ferrol como un gran puerto para efectuar operaciones de envergadura. Nos congratula que así sea, y que pase con Reganosa a ocupar un lugar importante y deje atrás años de estar en el escalón de Navantia, cuya dirección no acaba de salir de su particular cólico nefrítico. Y a pesar de ello nuestros grandes empresas siguen caminos diferentes en sus perspectivas sociales. Recordamos aquella Bazán (hoy Navantia) que bajo la dirección de don José María González Llanos fue una empresa modelo en lo social, con comedores para los trabajadores, una coral polifónica y su orquesta, sendos equipos de fútbol y baloncesto en categorías nacionales, una Escuela de Aprendices y la Escuela Obrera, donde se practicaban todos los deportes.

 Todo aquello solo queda en la memoria, incluso destruyendo un gran gimnasio y una piscina. En lo social hoy Navantia nada aporta a la ciudad, y parecido está siendo el desarrollo del Puerto en esta materia. Sigue sin aprovecharse ese tesoro gratis al alcance de todos para practicar actividades deportivas. Me refiero a la ría de Ferrol.

Hubo un tiempo que incluso se habló de recuperar la vieja Comandancia y crear un Club Náutico para esta ciudad, naval por los cuatro costados, pero no tuvo apoyo la idea y dejó abiertas posibilidades en pesadilla de los amantes de la náutica.

Todo lo contrario a estas empresas ocurre con Reganosa. Después de la polémica ubicación en Mugardos, su dirección viene desarrollando generosa y activamente una aportación social en aquel municipio y en Ferrol. Si se quiere será pragmatismo indulgente. Pero lo más cierto es que no está encapsulada en su recinto, pues llevan una vida atenta a las cosas que ocurren en estos y otros ayuntamientos. Ello se debe, en buena parte, a una joven dirección con buenrollismo generacional. Reganosa es, por su participación, un ejemplo a imitar que ayuda a desterrar odios y favorece las elementales formas de convivencia ciudadana.

Pero eso no lo hacen todas las grandes empresas. Y como en este país la enseñanza es obligatoria, tendría que existir en las empresas más formación social para mejorar su autoestima y el crecimiento socioeconómico de los pueblos. Confiemos en esa gente que llega con otra forma de entender la política industrial para no desintegrarnos socialmente.