En septiembre se reducen los efectivos y continúan las deficiencias en las casetas
02 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El servicio de socorrismo en las playas de Ferrol entra en su recta final prácticamente con las mismas deficiencias con las que iniciaba la campaña el 15 de junio. La principal, la ausencia de personal suficiente para cubrir los puestos anunciados por el gobierno local: 46 más un coordinador. Las dificultades para encontrar efectivos que contratar y la inoportuna baja por accidente de dos socorristas dejó el plantel de vigilantes de las playas en una cuantía insuficiente en plena temporada alta: solo 42 efectivos para atender los ocho arenales ferrolanos con aguas aptas para el baño. El servicio se mantendrá hasta el 15 de septiembre. Y durante esta quincena habrá un máximo de 31 socorristas sobre la arena, según la información oficial facilitada por el Concello.
El malestar cunde entre quienes deben hacer frente a esas ausencias. Sobre todo, porque además, este año los efectivos estaban obligados a cogerse los seis días de vacaciones previstos ?además de un día para asuntos propios? cuando el verano anterior esos días de descanso fueron abonados. Eso provocó que en algunos jornadas en arenales como el de Doniños en lugar de los ocho socorristas asignados hubiese solo cinco, para una playa a la que en los días de calor acudieron miles de bañistas. No se cumplió tampoco la promesa realizada de incorporar a dos técnicos en enfermería ante la escasez de personal.
Pese a que el gobierno local defendió en comisión que los socorristas disponían ya de todo el material y equipamiento necesario, los propios trabajadores lo desmienten. «Nos quedan quince días y estamos como el primero. Seguimos exactamente igual», se lamentan.
Pese al pintado de urgencia acometido ya iniciada la campaña estival, la caseta muestra similares deficiencias que hace meses: óxido en la estructura, en las camillas y hasta en las duchas; elementos rotos en la enfermería y ausencia de material de primeros auxilios, que tarda hasta una semana en llegar cuando se agota un simple desinfectante. Esto ha hecho, relata el personal, que en algún momento no se hayan podido practicar curas a los bañistas que acudían a recibir atención. «A veces al no haber luz en la enfermería tenemos que hacer las curas fuera», explican. Y confiesan que sienten vergüenza cuando entran bañistas en el módulo de enfermería.
Problemas con el vestuario y malas condiciones para prestar el servicio
Los socorristas comenzaron el verano vigilando la orilla en vaqueros por falta de equipamiento. Y lo concluirán sin que se haya puesto solución totalmente al tema de la uniformidad. Las tres mujeres contratadas este año continúan sin bañador. El Concello, responsable de la gestión directa de este servicio desde el pasado verano, solo les ha entregado trajes de baño masculinos, a modo de bermudas, camisetas y chándal. Las primeras semanas, los socorristas veteranos llevaron sus propias prendas de otros años. Pero los nuevos debieron aguardar a que les suministrasen ropa, y alguna prenda muestra publicidad de marcas comerciales, lo que ya ha generado la petición de explicaciones por parte del grupo mayoritario de la oposición, el PP, en comisión informativa.
Los silbatos con los que alertan de peligro a los bañistas llegaron hace apenas dos semanas; hay tableros de rescate rotos. También carteles en malas condiciones y también sin colocar, delimitando hasta dónde llega la zona de vigilancia. Los socorristas tuvieron que hacerse cargo de la limpieza de la caseta de Doniños el día que estrenaron el servicio, y cuentan que en ocasiones «el óxido corría por las paredes». También reclamaron, en vano, que hubiese una embarcación para la zona de Doniños y Penencia y otra en la parte de Covas, para atender también Esmelle y San Xurxo.
Estas y otras cuestiones fueron expuestas por los propios socorristas al alcalde, en las dos reuniones mantenidas este verano, la última hace unos días. Según manifestaron, asumió la responsabilidad y señaló que al año que viene intentarán hacerlo mejor.