Los competidores del banco de Loiba

M. Aneiros / A.U. FERROL/LA VOZ

FERROL CIUDAD

José Pardo

Los asientos de Monteventoso, Sillobre o A Graña no tienen nada que envidiar al de la costa ortegana

10 jul 2019 . Actualizado a las 17:41 h.

El banco de Loiba puede presumir, al menos de momento, de ser el mejor banco del mundo, pero no de ser el único desde el que se pueden observar unas imponentes vistas. La popularidad de este asiento ha hecho, no solo que miles de turistas acudan a sentarse sobre él, sino también que otras parroquias y municipios hayan instalado bancos similares.

El primer competidor surgió en Monteventoso, que comparte con el de Loiba su particular historia. Mientras que el de la parroquia ortegana fue colocado por un vecino. El de Monteventoso nació de unos cuantos palés, que fue lo único que necesitó Tato Robles para hacerle a su mejor amiga un regalo inolvidable: un banco situado sobre la playa de Doniños desde el que poder observar el Cabo Prior y las playas de Covas.

En A Graña, al final de la calle Real Alta, en una zona de poco tránsito de personas, se encuentran situados en un mirador dos asientos que miran a la ensenada de A Malata. La zona invita al relax y son muchas las personas mayores de la villa que caminan hacia allí para sentarse un rato en los bancos y contemplar el mar. Son poco conocidos pero muy bien situados.

José Pardo

Para contemplar la peculiar geografía de la ría de Ferrol y el paisaje vestido por las grúas de los astilleros, una buena opción es subir al Monte Marraxón. Allí, desde hace algo más de un año, los vecinos de Sillobre decidieron colocar unas piedras con formas de banco y bautizarlas como «os bancos máis duros do mundo».