Las bateas de la ría se cerraron hasta en ocho ocasiones por la toxina desde su implantación

Antía Urgorri Serantes
ANTÍA URGORRI FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Los mariscadores se quejan de la elevada mortandad de marisco y no creen que sea buena alternativa

31 may 2017 . Actualizado a las 18:32 h.

Los mariscadores de Ferrol y Barallobre que utilizan las bateas instaladas por la Xunta en enero del 2012 llevan años quejándose del mal funcionamiento de las mismas, que nacieron con el fin de ser una alternativa a los bancos de zonas C. Esta misma semana el Instituto Tecnolóxico para o control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), dependiente de la Consellería do Mar, comunicó el cierre de las instalaciones depuradoras de marisco situadas en las inmediaciones del puerto exterior, en la zona de San Carlos. ¿La razón? La toxina.

Desde que la Xunta puso en marcha las bateas en enero del 2012 la toxina ha obligado a interrumpir hasta en, al menos, ocho ocasiones el sistema de depuración del marisco. Este consiste en trasladar la almeja procedente de las zonas C a las bateas, donde permanece durante unos días depurándose, para luego poder meterla en el circuito de comercialización.

Estos cierres se llevaron a cabo a lo largo de los últimos cinco años, aunque fue en el primero, el 2012, cuando se repitieron más episodios debido a la toxina, con varias interrupciones del proceso, que se practicaron en abril, septiembre y octubre. Después de los veranos del 2013 y 2014 la toxina también frustró el trabajo de los mariscadores.

Elevada mortandad

La toxina no es el único problema de las bateas, una instalación experimental que la Xunta también puso en marcha en la ría de Aldán, en las Rías Baixas. La elevada mortandad del marisco es otro caballo de batalla al que tienen que hacer frente los mariscadores de la ría. Cada vez que se lleva marisco a la batea, el pósito paga a cada mariscador por cada diez kilos que aporta, pero si cuando recogen el producto, se encuentran con una elevada mortandad, no pueden recuperar la inversión que anteriormente han realizado. Aseguran que el porcentaje de marisco inservible supera en muchas ocasiones el 10 %.

En las primeras semanas de funcionamiento de este sistema de depuración del marisco de Ferrol, a principios del año 2012, el problema que surgió fue que la batea no depuraba el marisco en el tiempo programado por la Xunta de Galicia. Se pensó que era porque el marisco se encontraba demasiado apilado, y en febrero de ese año la consellería anunció la instalación de una segunda batea. En el mes de marzo se produjo un nuevo revés al impedir las analíticas la venta del marisco durante dos semanas seguidas. La Xunta de Galicia lo achacó a las mareas muertas con poca corriente de agua.