El Real Coro Toxos e Froles, el decano de los coros tradicionales gallegos, que tiene ya 102 años de historia a sus espaldas, celebra hoy, en el teatro Jofre, con un festival, el centenario de su primera bandera. Una bandera que sigue custodiando como el tesoro que es, y que lo vincula directamente al tiempo del nacimiento de las Irmandades de Fala, cuya memoria también ha querido mantener siempre viva la institución que preside Arturo Lamas. Es difícil no conmoverse oyendo cantar al Toxos. Lo es, en primer lugar, por la belleza de sus voces. Pero también, en última instancia, por todo lo que el Toxos significa ya no solo para la ciudad y la comarca de Ferrol, sino para Galicia entera. Son muchos los coristas que comentan con qué emoción se recibió al Toxos en todos los lugares del mundo en los que ha actuado. Especialmente, como es natural, por los gallegos que allí estaban y por todos cuantos sienten en el corazón a Galicia. Y es importante no olvidar, además (especialmente hoy, cuando el coro rinde homenaje a su propia historia), cuánto ha significado el Real Coro para la cultura gallega desde que inició su andadura en el amanecer del pasado siglo. El Toxos es música tradicional, claro que sí. Pero también ha sido siempre una casa para el estudio del pasado, para el intercambio de ideas, para las artes plásticas, para el teatro y para la poesía. Por eso la fecha de hoy, la de este doble aniversario del Toxos, debe de ser también una jornada de celebración para Ferrol y para todos cuantos aman, en este viejo reino, la cultura gallega. Y, por supuesto, para cuantos aman al Jofre, ese teatro con el que Ferrol soñaba, y que a su vez soñó con Ferrol, no sé si me comprenden.