Agentes de paisano controlan la venta de alcohol a menores

FERROL CIUDAD

Un establecimiento de la calle Pardo Bajo acaba de ser sancionado por tercera vez

27 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La venta de alcohol a menores es una constante contra la que lucha la Policía Local de Ferrol y lo hace con las patrullas habituales y también con agentes de paisano que se infiltran en la movida. El último operativo se desarrolló el pasado viernes y se saldó con una denuncia a un establecimiento de hostelería de la calle Pardo Bajo que se traducirá en una multa de 3.000 euros.

En esta materia hay mucha reincidencia, porque este mismo local ya cuenta con dos sanciones anteriores por hechos de similares características.

Según la información recogida al respecto, el mayor número de infracciones por venta de alcohol a menores en Ferrol se focalizan en este negocio de la calle Pardo Bajo y en otros dos de la calle de la Iglesia.

La Policía Local tiene en marcha desde hace más de un año un programa de actuación destinado específicamente a la prevención del consumo de alcohol por parte de menores. La iniciativa se articula en dos frentes: la localización y propuesta de sanción a los locales que venden bebidas alcohólicas a jóvenes que no han alcanzado la mayoría de edad y la propia identificación de los menores en los botellones, que también son propuestos para sanción.

Los operativos se programan en función de la disponibilidad de efectivos que haya en cada momento, si bien se suelen intensificar durante el verano y coincidiendo con algunas celebraciones. De hecho, la intervención del pasado viernes se organizó debido a las fiestas de graduación de los estudiantes de los centros educativos de la ciudad.

Sin uniforme

Los controles corren a cargo de parejas de agentes de paisano que cuentan con la preceptiva autorización de la Delegación del Gobierno en Galicia para intervenir sin uniforme.

Estos policías se infiltran en la movida como dos participantes más y en el momento en que detectan que un local expende alcohol a menores, aperciben al propietario y solicitan el refuerzo de una patrulla uniformada, que es la que tramita el expediente de denuncia.

En cuanto al botellón, la presión policial ha logrado que la celebración de estas fiestas nocturnas al aire libre se circunscriban a la zona del Cantón de Molins conocida como el cenicero, en las proximidades de la iglesia de las Angustias.

Hasta hace pocos meses también se hacía botellón en la calle Pardo Bajo, pero las reiteradas quejas de los vecinos de la zona e incluso de algunos hosteleros han propiciado un refuerzo de los efectivos de la Policía Local, a base del abono de horas extras, que tuvo su momento más álgido los últimos fines de semana del pasado mes de febrero.

Concretamente el día 19 de ese mes, el cruce de Pardo Bajo con el Cantón llegó a estar controlado por cuatro coches patrulla, cuando lo habitual cualquier fin de semana suelen ser dos o tres.