¿Sabías por qué llevaban aros en sus orejas los piratas y corsarios?

Museo Naval FERROL

FERROL CIUDAD

Museo Naval

En unos casos eran una especie de galones por sus viajes; en otros, una superstición

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos hemos oído mil historias sobre los piratas y sus extrañas costumbres. Así, los loros de compañía, las patas de palo y la bandera con la calavera son símbolos asociados a ellos pero ¿y los pendientes de aro? Casi no podemos pensar en un pirata que no lleve uno o varios aros de oro en la oreja derecha, el porqué de esa costumbre es muy curioso.

Durante el apogeo de las grandes aventuras por mar, en los siglos XVIII y XIX, los navegantes, animados por el comercio con los países exóticos y remotos, alcanzaron casi todos los lugares del mundo en sus embarcaciones de vela. Muchos de esos viajes transoceánicos, lógicamente, entrañaban serias dificultades, de forma muy especial las rutas que pasaban por el cabo de Hornos, conocido en aquella época como el cabo de las Tormentas, que está situado en el extremo meridional de América del Sur, en la isla de Hornos (actual Chile).

Algunos cronistas indican que el famoso corsario inglés sir Francis Drake (1543-1596) fue, en 1578, el primero en colocarse un aro de oro en su oreja tras cruzar el peligroso Cabo de Hornos. Escollos, bajíos, vientos huracanados, lluvias y nieve durante casi todo el año, y una espesa bruma cuando las tempestades calmaban, convertían a aquel extremo cabo en un lugar impracticable, incluso para los más experimentados navegantes. Los naufragios estaban a la orden del día. Por ello, se convirtió en signo de suerte y pericia entre los navegantes haber logrado cruzar con vida aquel infierno.

Hazañas

Aquellos que superaban esta aventura se sentían muy orgullosos y, para recordar esta hazaña de forma permanente, tanto los marinos comerciantes como, principalmente, los piratas y corsarios, se colgaban en una de las orejas un pendiente en forma de aro. Algunos, los más pudientes, incluso de oro. Aunque el cabo de Hornos fue el primero, posteriormente se amplió esta costumbre, a otras dos rutas conocidas, concretamente el cabo de Buena Esperanza, al sur de África, y el de York, en Oceanía. Este uso o costumbre, al parecer, se extendió con rapidez como símbolo de valor y temeridad en la mar, siendo posteriormente adoptado por muchos piratas que asolaron las costas del Caribe durante siglos.

Aunque esta primera teoría es la más conocida, hay otra que dice que el uso del aro de oro iba vinculado a una antigua costumbre. Según esta, el que encontrase el cadáver de un hombre en la mar podía quedarse, si lo llevara consigo, con su aro de oro si procedía a enterrarlo cristianamente pues, en caso contrario, es decir, si no cumplía esta condición, sería atormentado por el espíritu del difunto.

El número de aros simbolizaba el número de hombres encontrados. Pero también hay quien señala como motivo u origen un simple acto de superstición entre los piratas, pues se colocaban los pendientes de oro al existir la creencia de que este era un metal protector, que les salvaguardaría de cualquier infortunio. Estos aros no se ponían de cualquier forma sino que mantenían un cierto orden, concretamente: aro en la oreja izquierda: cabo de Hornos; aro en la derecha: cabo de Buena Esperanza; dos aros en la oreja izquierda y uno en la oreja derecha: vuelta al mundo. Otra tradición aseguraba que a los piratas jóvenes se les ofrecía un pequeño pendiente para conmemorar su primer cruce del Ecuador, realizando una pequeña fiesta a bordo, donde simbólicamente tomaba el mando del buque uno de estos jóvenes marineros. Algunos de ellos incluso tenían grabado el nombre de su puerto de origen en el interior del aro de su oreja. De esta manera se sabía de donde era el navegante y también para que su cuerpo fuese devuelto, en caso de muerte, a sus familiares.

¿Te interesa este tema? Si es así no dudes en visitar el Museo Naval de Ferrol (abierto de martes a viernes, de 9.30 a 13.30 horas; sábados, domingos y festivos, de 10.30 a 13.30). Más información en la web del museo y visitas guiadas en el correo electrónico: museonavalferrol@fn.mde.es. Actualmente, está la muestra Dos días de gloria, con acuarelas del almirante Miguel Fernández y Fernández.