El padre Anido, el pregonero de este año, subrayaba anoche en San Julián la intensa religiosidad popular de las procesiones
02 abr 2017 . Actualizado a las 00:55 h.A nadie se le oculta que la Semana Santa ferrolana es hoy ya, tras el crecimiento constante experimentado a lo largo de las últimas décadas, la gran Semana Santa del norte de España. Y, por supuesto, con sus miles de penitentes y con la multitud de visitantes que la ciudad recibe, la mayor Semana de Pasión de Galicia. Pero, por muy sabido que todo ello sea, no deja de ser conmovedor el afecto con el que la ciudad le da la bienvenida a lo que, al mismo tiempo, es uno de los grandes motores de su sector turístico. La concatedral de San Julián, esa que el propio Papa Juan XXIII, ahora elevado ya a lo altares, decidió que fuese una de las cabezas de la Diócesis, se llenó anoche para abrir las puertas -o para darle la bienvenida, si se prefiera decir de otra manera- a la Semana Santa de Ferrol.
Una Semana Santa que, un año más, atraerá a la ciudad a decenas de miles de visitantes llegados desde todo el país, y que en paralelo a la celebración cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús servirá para poner en valor, también un año más, el extraordinario patrimonio artístico ferrolano.
La ceremonia
Personas de todas las edades, entre las que se encontraban el conselleiro de Política Social, José Manuel Rey, el secretario general del PP de Galicia, Miguel Tellado, y buena parte de la corporación municipal ferrolana, se dieron cita en San Julián para asistir a la lectura del pregón, que en esta ocasión corrió a cargo de un mercedario ferrolano, el padre José Anido Rodríguez, que lleva desde los ocho años de edad -como quien dice, una vida entera- vinculado al mundo de las cofradías. Anido subrayó la profunda presencia de la religiosidad popular en las procesiones ferrolanas («Quedan siete días para que lleguen los días grandes de Ferrol», exclamó) en una ceremonia presidida por el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras. No dejó de recordar Anido, tampoco, su propia vivencia de la Semana Santa de Ferrol, que siempre ha habitado su corazón. E invitó a todos los presentes a experimentar, a través de la fe, la intensa renovación espiritual que toda Semana Santa trae consigo.