El saneamiento de nunca acabar

FERROL CIUDAD

ANGEL MANSO

Los tiempos administrativos y la falta de acuerdo dificultan la activación de la red prometida para el 1 de abril

15 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El saneamiento se ha convertido en una suerte de cuento de nunca acabar. O casi, de nunca empezar. Más de un cuarto de siglo después desde que se comenzó a prometer la depuración de las aguas residuales que se vierten a la ría de Ferrol, el sistema todavía no ha conseguido cumplir su objetivo. Pero se han invertido más de 170 millones de euros en una red que acumula una larga cadena de despropósitos. El último, las dudas más que razonables de que el saneamiento pueda activarse por fin el 1 de abril, tras el rechazo a la tasa tumbada en el pleno del pasado lunes. Y ahora, ¿qué?

¿Puede funcionar el saneamiento sin tasa?

No. Todo servicio municipal lleva aparejado una tasa. Lo tiene claro el alcalde -que en el pleno ya defendió que o se aprobaba la tasa «ou podemos paralizar o sistema de saneamento e esperar outros trinta anos»- y se cansó de repetirlo el PP al BNG, que aludió a la existencia de una directiva europea que obliga a ello. Pero tampoco debería haber tasa si no existe el hecho impositivo que la justifique, el principal argumento para derogar la que aprobó el PP.

¿Cómo se llega a la situación actual?

Básicamente, por falta de diálogo. El gobierno local llegó al pleno sin consensuar apoyos en la oposición porque confiaba en una abstención del PP que, dada la dinámica de enfrentamientos políticos de la última semana, parecía altamente improbable. Pero aún así, el gobierno local decidió introducirlo en el orden del día, con el resultado conocido. Ahora está obligado, igualmente, a negociar. Y a contrarreloj.

¿Cuándo comenzará a funcionar el sistema?

El 1 de abril de este año es la fecha objetivo y el compromiso que había adquirido el alcalde, que no renuncia todavía a ella. Pero parece difícil de cumplir. El rechazo a la tasa y el proceso de negociación que se avecina lo complica. Y en juego está que la séptima y la octava ciudad gallegas dejen de verter aguas negras a la ría. Pero el BNG ya advertía en el pleno de que será inviable que se cumpla esa previsión por el proceso administrativo derivado de la contratación para la gestión de los interceptores. A la infraestructura «sin recepcionar», se suma que la empresa adjudicataria tiene un plazo de un mes para iniciar los trabajos. Todo, a un mes y medio de que caiga esa hoja del calendario. Hasta entonces, buena parte de las aguas residuales de Ferrol y Narón continuarán vertiéndose a la ría.

¿Cuánto retraso acumula?

Cuando llegue, el saneamiento lo hará con décadas de retraso. En 1991 el entonces conselleiro José Cuíña anunciaba que el saneamiento integral de Ferrol estaría concluido en 1994, el primero de una larga lista de anuncios incumplidos. En 1997 se declara la obra de interés general del Estado y después vendrían los sucesivos convenios para las infraestructuras. La estación de bombeo de A Malata se acabó de construir en julio de 2011 y la depuradora se recepcionó en 2010. Pero hasta 2014 no comenzaron a funcionar. Y apareció el problema de las fisuras en los tanques de la EDAR. Pero desde hace meses, el sistema podría estar plenamente activado si el Concello hubiese agilizado los trámites. Acuaes solicitó la pasada primavera al gobierno local que efectuase una reserva de crédito para poder proceder a la contratación de la gestión de los interceptores. Narón sí lo hizo, pero Ferrol no remitió los compromisos requeridos hasta hace unas semanas, lo que obligó a Acuaes a posponer la apertura de las ofertas económicas prevista para junio. Y por extensión, todo el proceso.

¿Qué prometía el alcalde en campaña?

Jorge Suárez, fue uno de los integrantes activos de la plataforma contra la tasa del saneamiento antes de empuñar el bastón de mando. El programa electoral de su partido no profundizaba en la cuestión del saneamiento, pero sí prometía la «remunicipalización de todo o ciclo da auga». Tras el pacto con el PSOE, el compromiso se tradujo en la «derrogación da actual taxa de saneamento e estudo da devolución das cantidades indebidamente cobradas á cidadanía, fixando unha nova taxa xusta recabando toda a información sobre as características e custos do servizo», además de la «revisión dos convenios de saneamento asinados polo Concello con distintas administracións e entidades». Y un plan de saneamiento rural «no primeiro ano» a través de sistemas «sostibles e descentralizados». El entonces bipartito denunció la «estafa» de una depuradora que «non depuraba». Y en septiembre del 2015 dejó en suspenso la tasa del PP, a la espera de su derogación, que llegó aún el pasado lunes. El PP recriminó al alcalde que hubiese dado a entender en plenos anteriores que no habría tasa, algo que negó Suárez, alegando que se oponía a «esa taxa». Y se comprometió a devolver el recibo cobrado, porque «hai unha obriga legal» de hacerlo, pero todavía no ha anunciado cómo recuperarán lo abonado los ferrolanos.

¿Funciona o no funciona el saneamiento?

El saneamiento comenzó a funcionar en 2014, pero no de forma integral. Solo se activaron algunas fases, porque, según argumentó la Xunta y el anterior gobierno ferrolano, estaba prevista su puesta en marcha secuencial. Era necesario, se indicó entonces, mayor caudal para poder activar los siguientes pasos. Pero ese aporte está a la espera de la conexión de los interceptores, que llevarán hasta Prioriño la mayor parte del aporte residual de las zonas urbanas de Ferrol y Narón.

¿En qué se diferencia la tasa del PP de la que propone el gobierno?

La principal diferencia es que la tasa que ahora se propone debería coincidir en el tiempo con la activación plena del sistema de saneamiento. Pero según denunció el PP en el pleno, globalmente la nueva recauda más que la anterior. Y se han suprimido las exenciones a los domicilios que tengan consumo cero. Además, hay un incremento de la cuota de servicio a los comercios y en las tarifas industriales. El alcalde sostiene que esta tasa representa «a metade» de la que se paga al otro lado de la ría, y aunque «non é algo do que debamos sentirnos orgullosos, é unha realidade». Además defendió que su importe -entre seis y ocho euros al mes por hogar- es idéntico al que se pagará en Narón, algo que le discutieron los populares.