«Los sacerdotes de la diócesis somos cada vez menos, y vamos mayores»

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

El vicario general subraya que «las parroquias son las mismas que hace 50 años»

05 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio Rodríguez Basanta (Xove, 1950) es el vicario general de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, responsabilidad que compagina con sus tareas como canónigo de la catedral de Mondoñedo y con la atención a la parroquia de Santa María de Caranza, de la que sigue siendo párroco. Tras su paso por el Real Seminario de Santa Catalina, en Mondoñedo, estudió Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y Pedagogía Catequética en la Facultad de San Dámaso, en Madrid. «Vivimos -dice- en un mundo, en una sociedad y en una cultura cambiantes, para lo que no nos sentimos suficientemente capacitados. Ya no estamos, ni mucho menos -añade-, en una sociedad cristiana, sino más bien indiferente a lo religioso. Eso sí, con valores y con necesidades del espíritu».

-¿Seguirá habiendo culto en todas las parroquias?

-Las parroquias son las mismas que hace 50 años, pero con menos habitantes, al menos en lo rural, y los sacerdotes de la diócesis somos cada vez menos, y vamos mayores. Nos vemos obligados a simplificar muchas tareas e ir a lo más esencial.

-¿Con cuántos sacerdotes cuenta hoy la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol?

-No llegamos a 125 sacerdotes en activo, para algo más de 420 parroquias, y con una media de edad muy elevada.

-La crisis de vocaciones sacerdotales continúa...

-No resulta fácil, en el mundo de hoy, encontrar jóvenes que se comprometan definitivamente. como tampoco para la vida matrimonial, familiar e incluso política. Sin embargo es Dios quien llama, y nosotros tenemos que llevar a cabo una reconversión misionera de nuestra iglesia.

-¿Qué ha supuesto el reconocimiento como Patrimonio Mundial del Camino Norte a Santiago y de la catedral mindoniense?

-Una puesta en valor de Mondoñedo, de su catedral, de la Mariña luguesa y de A Terra Chá. Tendremos que prepararnos para responder satisfactoriamente a estas expectativas. El Obispado y el cabildo de la catedral estamos dispuestos a poner de nuestra parte.

-La crisis ralentizó los proyectos de rehabilitación de las iglesias. ¿Qué va a pasar a partir de ahora?

-Habrá que seguir recabando ayudas de la Administración, implicándonos más, dentro de nuestras posibilidades, en el Obispado, y también los feligreses afectados. Al menos, para conservar dignamente lo que hay. Al fin y al cabo, el patrimonio está al servicio del culto y de la sociedad.

-¿Qué futuro aguarda a la diócesis?

-Somos unos 280.00 habitantes, en este territorio del norte de Galicia, con una larga y rica historia que no podemos olvidar, con un presente que merece la pena afrontar en el día a día y con un futuro esperanzador, porque para el que cree todo es posible.