El Racing cae en el último minuto tras asediar al Mutilvera en la segunda parte
22 ene 2017 . Actualizado a las 16:09 h.Dos meses sin perder se escurrieron en el último suspiro. Tres, cuatro, cinco y hasta seis ocasiones nítidas fabricó el Racing en la segunda parte para marcar, para ponerse en ventaja y derribar la plomiza resistencia de un Mutilvera que se encomendó a su portero para obrar una proeza. Joselu tuvo las mejores. Se tropezó con el poste en la que parecía que ya era un gol cantando. Y en una jugada aislada, con el tiempo prácticamente cumplido, se derrumbó la racha de seis partidos en números negros que llevó al Racing desde la ansiedad hasta la fe, hasta el convencimiento de que había plantilla para no pasar apuros. Ahora al equipo le llegan las curvas, se le vuelve a torcer la carretera. Aunque su radiografía tiene otra pinta con respecto al inicio del curso. El próximo fin de semana se examina en Santander. No es poca cosa.
Le costó encontrar su discurso al Racing frente al Mutilvera. Entró en el partido con un tono plano, sin acelerante, sin acidez. Mientras que su rival se dedicó a elevar el listón físico. Presión y máxima intensidad en cada duelo, en el instante en que la pelota quedaba dividida. Y luego manejaba el balón con mayor tacto del que quizás se esperaba. Y al conjunto de Tena le tocó apretar los dientes. Nano se esmeró en sostener a Gorka durante esos minutos. Los constantes movimientos del delantero se convirtieron en una jaqueca para el Racing. Él solo era capaz de aguantar la posesión, de soldar el esférico en las botas aún con el asedio de varios hombres de verde.
Sin embargo, con el paso de los minutos, empezó a aparecer Dani Benítez y con él los desequilibrios. También Armental se estrenó con un par de acelerones de los que hacen tiritar al lateral. Y eso se traducía en desgaste para los navarros que, de todos modos, no se descomponían por el paso adelante de los de A Malata. Creció el Racing. Bicho, Pablo Rey y Catalá se pusieron a los mandos del centro del campo. Y al Mutilvera, poco a poco, se le fue consumiendo el pulmón.
Después del descanso, el partido se transformó en un monólogo. Tena sustituyó a Maceira que al filo del descanso vio la cartulina amarilla. El entrenador volvió a reconvertir a Juan Martínez para que se desplegase por el costado derecho de la defensa. El de Cedeira es ese tipo de futbolista que cumple con nota cualquier misión que se le encomiende. Nano pasó al lado izquierdo y Churre y Cruz se hicieron cargo de la línea de centrales, que precisamente terminó trazada en la del centro del campo.
Empujaba el Racing. Y despertó A Malata, que tributó una contundente ovación a Dani Benítez cuando, con una sobrecarga en los isquiotibiales, tuvo que retirarse del césped. Era el primer contratiempo. Pero apenas varió el guion con la ausencia del extremo balear. Brais Abelenda y Nano se las arreglaron para aparecer una y otra vez por la línea de fondo. Pablo Rey lo probó de falta directa. Iba para dentro hasta que apareció el guante de Eduardo, que le sacó un primer mano a mano a Joselu. El de Palmeira ya lo había superado en otro disparo que chocó contra el poste. Un cabezazo de Brais Abelenda voló hacía la escuadra. De nuevo el portero. Y en el último minuto, en una falta, al Mutilvera la fortuna le sonrió.
RACING 0: Paisa; José Cruz, Víctor Vázquez, Nano, Maceira (Juan, min 45); Catalá; Armental, Pablo Rey, Bicho (Bandera, min 75), Dani Benítez (Abelenda, min 54); y Joselu.
MUTILVERA 1: Eduardo; Artaso, Lizarraga, Monreal, Albisu; Cisneros, Barbarín (Eneko, min 77), Rojas (Andoni, min 70) ; Abaurrea, Gorka, Ederra (Etzieder, min 60)
Goles: 0-1, min 89: Gorka.
Árbitro: Fernando Román (Colegio Castellano-Leonés) amonestó a Catalá, Albisu, Ederra, Maceira, Artaso, Etzieder, Paisa y Gorka.
Incidencias: Partido de la jornada octava de la Segunda División B disputado en A Malata ante cerca de 1.500 espectadores.