«A mí siempre me ha gustado mucho escuchar música de verdad»

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

Reivindica el valor del legado cultural de los grandes intérpretes y compositores ferrolanos

19 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque su edad no es tanta como para que esas cosas sucedan (nació en el año 1953), al lugar en el que nació Narciso Pillo lo rodea una cierta bruma, a semejanza de lo que sucede, tanto en la historia como en la literatura, con unos cuantos héroes de naturaleza esencialmente legendaria. Y él -Narciso- sonríe, claro. El caso es que son muchos quienes lo consideran ferrolano de nacimiento. Otros dicen, en cambio, que nació en Viveiro. Y no falta, tampoco, quien diga que es de A Coruña, la ciudad en la que tiene su casa...

-¿Y cuál es la respuesta correcta?

-Pues mira, ninguna de ellas. En realidad, yo nací en el municipio de Ourol. Lo que ocurre es que siendo yo muy niño todavía, mi familia se trasladó a Viveiro; que más tarde me instalé en A Coruña; y que, además, a Ferrol he estado muy unido siempre.

-Ourol es un lugar mágico. No se lo va a creer usted, pero pasé por allí ayer mismo, y el amigo al que acompañaba me preguntaba de dónde procedería ese nombre tan hermoso, que remite a la luz del oro...

-Sí que es un lugar muy especial, Ourol. Eso es verdad. Una tierra que baja hacia el litoral norte de Galicia, hacia el Cantábrico. Pero, como le decía, marchamos a Viveiro muy pronto. Y ese fue el auténtico territorio de mi infancia. O al menos de una gran parte de mi infancia.

-¿Dónde comenzó su relación con la música?

-Mi relación con todo lo musical comenzó en Viveiro, precisamente. Allí, a las once años, ya tocaba con la banda de la ciudad, mientras estudiaba música. Aunque los conservatorios vendrían después. Pero ya estudiaba música entonces, claro.

-Antes de dedicarse a la música clásica, usted tuvo una presencia muy importante en el mundo de las orquestas de baile gallegas. En la que además fue una de las épocas más brillantes de esas orquestas, por cierto.

-Esa fue mi época en Los Satélites. Y también, por citar otra formación muy importante para mí, en la orquesta Finisterre. Fue una época que terminó a los veintitantos años, creo recordar que a los 26. Muy pronto. Pero que, como ya he dicho más de una vez, recuerdo con muchísimo cariño. Yo nunca he entendido cómo hay quien reniega de una música que ha hecho que la gente se sienta feliz, de un tipo de música que tiene un lugar importantísimo en la cultura popular y que ha conseguido que Galicia se alegrase escuchándola y bailándola. Mientras yo formaba parte de ese mundo, estudiaba en el Conservatorio de Madrid. Iba y venía a Madrid casi todas las semanas. El esfuerzo era terrible, pero jamás me arrepentí. Y así fue como pagué mis estudios.

-¿Cuál era el nivel profesional de aquellas orquestas?

-Un nivel extraordinario. Y me gustaría dejarlo claro, además, porque me parece que sería del todo injusto no hacerlo. En aquellas orquestas había unos músicos magníficos. Que en muchos casos eran de Ferrol, profesionales que con cierta frecuencia también pertenecían, por ejemplo, a otras formaciones, como alguna de las bandas de música militar. A mí me encantaba escucharlos, verlos actuar. Porque a mí siempre me ha gustado mucho escuchar música de verdad.