Música para entrar al cole en Canido

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

Los padres del Cruceiro quieren cambiar el estridente sonido del timbre por ritmos que eduquen a los niños y, ya de paso, les hagan más agradable la llegada a las aulas

30 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En el colegio San Xoán de Filgueira de Ferrol hace ya tiempo que no se escucha el estridente sonido de la sirena cuando toca entrar en clase. La banda sonora que marca la llegada y salida de los niños es bien diferente y depende en buena parte de lo que los chavales estén trabajando en el aula. La semana pasada, por ejemplo, coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia de Género, sonó el Malo de Bebe. Y cuando los niños tienen que ir a la piscina, la música que acaricia sus oídos mientras se ponen el bañador no es otra que Al agua patos. «¿Que se estamos mellor así? ¡Por suposto! É que o ruído da sirena era moi agresivo e entrar no cole con cancións non só resulta máis agradable, senón que ademáis é un xeito de acercar a música aos rapaces. Nós vémolo como un recurso educativo máis», asegura la directora, Marián López Romalde.

Siguiendo el ejemplo de su centro, los padres del Cruceiro de Canido han iniciado una campaña con el objetivo de recaudar fondos con los que adquirir un nuevo sistema de megafonía que permita cambiar el atronador sonido del timbre por melodías de todo tipo coincidiendo con las entradas y salidas del aula.

El proyecto Sirena -que así es como ha bautizado la iniciativa la Asociación de Nais e Pais (Anpa)- requiere un presupuesto de entre 6.000 y 10.000 euros y, para conseguirlos, los padres han comenzado a vender camisetas con el dibujo de una Menina rodeada de niños que ha sido diseñada por José María Quijano Álvarez, así como rifas para una cesta de Navidad muy especial. «Estamos muy contentos, porque el comercio y la hostelería del barrio se han volcado con nosotros y nos están ayudando muchísimo con la donación de artículos para la cesta, en la que hay de todo: muchos productos de alimentación, pero también de farmacia, una caja llena de cosas para el cuidado del calzado, un reloj, un pen... Y hasta una cena y una comida para dos personas», comenta entusiasmada la presidenta del Anpa, Fátima García.

Las camisetas se pueden adquirir por diez euros y las rifas, por uno. Hay mil papeletas y el ganador será aquel cuyo número coincida con el de las tres últimas cifras del primer premio de la Lotería de Navidad del próximo día 22. «Sabemos que aunque vendamos todas las camisetas y rifas no va a ser suficiente para poder comprar el nuevo sistema de megafonía, pero es una forma de empezar», apunta García al tiempo que avanza que ya tienen previstas otras actividades para recaudar fondos, como un festival musical.

Aunque algunos padres consideran que el colegio tiene otras necesidades más urgentes que la sustitución del timbre por música, otros muchos han recibido la iniciativa con los brazos abiertos. «El proyecto Sirena me parece que está bien porque traerá consigo un nuevo sistema de megafonía que permitirá poner música a la entrada y salida del colegio, pero al que también se le podrán sacar mucho partido para organizar todo tipo de actividades escolares», advierte José, padre de un alumno de segundo de primaria. Mientras ese momento no llega, el Anpa toma buena nota de experiencias como la del Xoán de Filgueira. O la del Atios de Valdoviño, donde son los propios alumnos los que eligen los temas que suenan cada día. «Este año se ocupan de pinchar las canciones los alumnos de cuarto de la ESO, pero no ponen lo que quieren, sino que siguen las propuestas que les dejan escritas en un papel los estudiantes de todo el colegio», apunta el director, Antonio Cebreiro. Los gustos son de lo más variopintos y van desde la música clásica hasta el pop, pasando por el folk e incluso el hard rock. «Hace nada entramos en clase con AC/DC», comenta entre risas Cebreiro.

Estimulante y educativo

Los defensores del proyecto recalcan que la sustitución de la sirena por música resulta más estimulante para los niños, además de educativo. En colegios como el San Xoán de Filgueira de Ferrol y el Atios de Valdoviño ya se utiliza este sistema desde hace varios años.