Un empate de kilómetros

ANTÓN BRUQUETAS PONFERRADA

FERROL CIUDAD

Ana María Fernández

El Racing corrió a destajo para salir vivo del Toralín, donde hizo 45 minutos de fábula

13 nov 2016 . Actualizado a las 20:54 h.

Estuvo a punto. Otra vez se le escurrió entre los dedos cuando ya acariciaba la victoria. Cuando al partido apenas le quedaban diez minutos para extinguirse. Pero el empate de esta tarde en el Toralín es de los que aporta. Porque en frente el Racing tenía una plantilla sobresaliente. Cada vez que Munitis echaba un vistazo al banquillo volvía con un recambio más lujoso que el anterior. El presupuesto a veces sirve para estas cosas. Y porque el Racing sudó como nunca, hizo kilómetros como si pareciese una roca, agrupándose con una fluidez que no se le había visto a lo largo de toda la campaña. Le falta calidad, a algunos jugadores incluso les falta poner a tono las piernas, pero en esta ocasión todos y cada uno se dejaron el tuétano sobre la hierba.

Asegura Tena que el crecimiento del Racing llegará cuando consiga ser un bloque sólido, tan compacto que, al menos, no encaje goles con facilidad. Por este motivo el entrenador decidió que el equipo necesitaba más músculo en la medular. Allí ubicó a José Cruz y a Catalá y le dio el centro de la defensa a Víctor Vázquez y a Nano. Después de casi ocho semanas fuera del once, el jugador coruñés pasaba de la grada al tapete del Toralín y su concurso fue una especie de bendición. No porque fuese él quien ayudó a echar el cerrojo a la meta de Brais durante ochenta minutos, sino por todo lo contrario: cuando el Racing fabricó fútbol, él siempre fue el punto de partida. Munitis tardó media hora en tratar de frenar esa sangría, pero eso obligaba a que Rayco, uno de sus puntas, se dejase el aliento en el esfuerzo.

Para entonces el Racing ya mandaba en el marcador. Fue una jugada preciosa, de esas que tienen el sello inconfundible de Tena. En la que la pelota circula con mimo desde un costado de la defensa para acabar acariciando la red por el perfil contrario. El pase filtrado de Pablo Rey a Armental fue de los que merecen guardarse en formol. Desmontó con un envío algodonado la línea de contención de la Ponferradina y liberó al extremo que empujó el balón hacia la portería de Dinu, perdido en su salida. El Racing parecía cómodo. Estaban siendo los mejores minutos de toda la temporada. Los que provocaron que justo cuando el colegiado Guillermo Conejero decretó el descanso la afición del Toralín afease a los suyos un arranque de partido que no pintaba bien para los locales.

La segunda mitad fue otra historia. La Ponferradina se desató. Con el electrónico en contra se volcó hacia el área del Racing, que se vistió con el mono de faena. Corrieron los jugadores de un lado al para tapar cualquier hueco, cada pequeña rendija. Y buscaron aprovechar el mínimo error para salir a la contra. Y estuvieron a punto de encontrar el premio. Bicho recogió la pelota en tres cuartos de cancha y conectó con Joselu. El de Palmeira le ganó la carrera al central y cuando ya estaba mano a mano con el portero chutó a un palmo del palo izquierdo. Pocas como esa se le escapan al delantero, que hizo un trabajo de titán.

El Racing no sufría. Hasta que se le fue agotando la gasolina. El epílogo fue un chaparrón. Con los pulmones colapsados se descubrieron las vías de agua. Y a diez para la conclusión, Adán, en una gran acción personal, recortando desde el lateral hacia el centro, soltó un latigazo descomunal. Desde ese instante al Racing ya sólo le quedó pedir la hora e iniciar el viaje de vuelta a Ferrol.

Ficha Técnica

Ponferradina, 1: Dinu; Adán, Xisco, Núñez (Fuster, min46), Gonzalo, Abel Moreno (Pastrana, min 60); Andy (Menudo, min 55), Chavero; Cidoncha; Rayco y Caiado.

Racing, 1: Dinu; Adán, Xisco, Núñez (Fuster, min46), Gonzalo, Abel Moreno (Pastrana, min 60); Andy (Menudo, min 55), Chavero; Cidoncha; Rayco y Caiado.

Goles: 0 -1, min 30: Armental; 1-1, min 85: Adán.

Árbitro:  Partido de la Segunda División B disputado en el campo del Toralín ante cerca de 4.000 espectadores.